25.3.14

Un crimen histórico en el olvido
















A propósito de una historia heroica de guerra. Heroicidad apenas reconocida. Leo por alguna parte que durante la Primera Guerra Mundial murieron ocho millones de caballos. ¡8.000.000! ¡Ocho! 

Problema aritmético: teniendo en cuenta el infinito número de guerras y de cacerías que han tenido lugar desde que las primeras civilizaciones utilizaron al noble animal para sus más execrables fines, calcular con un margen de + - equis caballos cuántos millones más han podido morir a través de la historia no tan excesivamente larga de la Humanidad. No entremos a valorar ahora el número de caballos que murieron como animales de tracción o de carga en períodos de paz o como recreo de señoritos y transporte de aventureros de todos los pelos. La heroicidad y el sacrificio no es propiedad exclusiva de los humanos.Pero mientras a éstos se les honra -inútilmente, eso sí, ya que las vidas no son devueltas por quienes desencadenan las guerras- a los caballos y otros animales se les condena al olvido. Nuestra mentalidad egoísta y explotadora ha considerado a los caballos parte de nuestros recursos. La otra mano de obra. La del silencio, porque creemos que los animales no saben hablar. 

La información citada me ha dejado melancólico. Mi sangre indignada sabe esta noche a caballo sediento de justicia. Recuerdo aquel poema-plegaria de Juan Eduardo Cirlot en Oraciones a Mitra y a Marte:


SOL INVENCIBLE, VENCE
mi corazón
mi razón

conviérteme en león
en fuerza que convence

raza
maza
amenaza


¿Me escucharán los dioses y, sobre todo, el más importante de todos, el Sol?




24.3.14

Los clónicos de la vaciedad
















"No importa la verdad, Tommy, lo que importa es lo que parezca la verdad", dice el polícia amigo que resulta traidor al inspector protagonista (interpretado por Mel Gibson) del film sobre corruptos Al límite. Pienso en la parafernalia que se nos ofrece mediáticamente estos días a propósito de la muerte de un personaje público del pasado y en sus apariencias. Pienso en lo que se oculta y en lo que se desplaza. Pienso en lo unidos que están verdad y dignidad. Pienso en el vínculo entre dignidad y libertad. Pienso en que estos conceptos serán meras abstracciones si no laten en el corazón de los hombres y generan vida. No sé si ya será tarde, pues sospecho que nos hemos convertido en meros espectadores del entorno donde los conceptos mentados -dignidad, verdad, libertad, compromiso- quedan desvalorizados. El filósofo que citaba ayer, Byung-Chul Han ya avisa: "Hoy el ser ya no tiene importancia alguna. Lo único que da valor al ser es el aparecer, el exhibirse. Ser ya no es importante si no eres capaz de exhibir lo que eres o lo que tienes." ¿El triunfo de la apariencia y de lo inconsistente? De esta, todos clónicos de la vaciedad.



La obra es del pintor Jorge Ballester


23.3.14

El impulso de Eros, según Byung-Chul Han














“El pensamiento en sentido enfático comienza bajo el impulso de eros. Es necesario haber sido amigo, amante para poder pensar. Sin eros, el pensamiento pierde la vitalidad y se hace represivo.” ¿Boutade o conclusión empírica del filósofo Byung-Chul Han? Pienso entonces en los primeros diálogos que tuve cuestionando el mundo, las primeras polémicas, los primeros debates. ¿Circunscritos a lecturas o clases rigurosas? Más bien al banco de un parque con los amigos fieles, a la tertulia de las tardes con los compañeros generosos que buscábamos cambiar lo establecido o al abierto encuentro amoroso. Porque la tendencia a cuestionar lo admitido y a preguntarse sobre lo desconocido se cruzaba siempre de modo trasversal en las relaciones con los demás. ¿Quiere decir esto que amistad, amor y pensamiento fueron casi siempre de la mano? Tal vez unas conductas facilitaron el paso a lo otro. La idea del pensador coreano es estimulante y cargada de propuesta. El eros, con esa esencia que lleva de componente lúdico, oxigena la capacidad de ejercitar un pensamiento sin límites. Donde no debe caber su uso para ejercer totalitarismo alguno ni hacia los demás ni sobre uno mismo. Tal vez no se puede pensar con acierto sin considerar a los otros. Sin nuestra recíproca aproximación. Sorprendente lo que se lee en la entrevista en Babelia a este filósofo.




22.3.14

Combate con la vejez














La vejez tiene sus extensiones en la literatura. Algunas francamente irónicas y divertidas, no todo va a ser drama. "Puede estar tranquila -dice el diablo a la mujer en el precioso relato de Pessoa La hora del diablo- porque no le faltaré al respeto. Sé muy bien que hay otras formas de faltar al respeto accesorias e inútiles, como las de los novelistas modernos y las de la vejez." No me extraña ya nada la obsesión sanísima de Pessoa por sus heterónimos. ¿Sólo como una manera de ver y vivir el mundo desde diferentes ángulos y cuerpos mutantes? ¿O también como un modo de conjurar el implacable avance del tiempo y sus efectos de deterioro? El clarividente autor luso no es el único que se busca desde una expansión de personalidades  -literarias o físicas totales- y así Jorge Semprún, que padeció lo suyo y arriesgó en distintas circunstancias el todo por el todo, en La escritura y la vida reconocía: "Me convertí en otro para poder seguir siendo yo mismo." Sigo pensando cada día en la dimensión de los otros Yo, de las otras personalidades nominales, en cada jornada que transcurre donde nuestras convicciones morales y estéticas se ponen a prueba sin cesar. ¿Solamente son otros nombres o se persiguen otros rostros? ¿Se queda únicamente en la máscara? Tal vez se trate de una de las formas del combate con la vejez. Instintos de supervivencia.



Fotografía de Jorge Molder


20.3.14

Aviso a navegantes del ridículo















Cuando las barbas de Juan de Mairena veas pelar..."De la vejez poco he de deciros, porque no creo haberla alcanzado todavía. Noto, sin embargo, que mi cuerpo se va poniendo en ridículo; y esto es la vejez para la mayoría de los hombres. Os confieso que no me hace maldita la gracia." ¿Opinaría lo mismo Antonio Machado de vivir en nuestros días? ¿O sucumbiría a toda la gama anti envejecimiento que nos venden? De entrada se estremecería ante el mercado abundante de productos para la supuesta conservación del cuerpo: gimnasios, tratamientos faciales, look de cabellera, reforzamientos musculares, cuidados contra la calvicie, dietas adecuadas (supuestamente), lifting llegado el caso, vestir más juvenil...Cierto que con estos tiempos de modas múltiples el efecto placebo al menos ya lo tienes asegurado una vez te pasan la visa, siquiera por una temporada. Pero, ¿desaparece también el efecto ridículo o solo se posterga? Claro que por mucho que tratase su apariencia, el irónico y realista Don Antonio se vería castigado en su físico por las inclemencias externas. Con la perspectiva del  país que se repite en su propio bucle, el paisaje que se ofrece destrozado y el paisanaje que no acaba de modernizar la conciencia me temo que su frente se vería surcada por arrugas antes de tiempo. Seguiría pagando el precio de la dignidad frente a lo patético (esto en el peor sentido)




19.3.14

Los objetos sustitutivos de Richard Ford













“Los relatos y también las novelas -es lo que he llegado a comprender a partir de la experiencia de escribirlos-, son objetos sustitutivos." Richard Ford en Flores en las grietas. ¡Pero qué objetos, oiga! Ya quisiéramos muchos sustituir nuestras deficiencias, frustraciones, carencias y olvidos con el arte de escribir. En muchos individuos la necesidad interior -poned el plural si queréis- se pretende cubrir con productos de consumo grotescos y al alcance previo pago. Otros generan actividad compensatoria creando con las manos, los pinceles, la lectura, la imagen o con el devaneo del pensamiento filosófico. Espléndido análisis-confesión de Richard Ford: " Tienen su origen en impulsos vigorosos y desordenados; se proveen de acumulaciones azarosas de vida volcada en palabras, y en su creación se valen de la desgracia, la memoria defectuosa, la comprensión tergiversada, el hastío, casi todo tipo de engaño imaginable, el azar y la insistencia en un vocabulario cada vez más inadecuado que requiere de la imaginación, todo lo cual culmina, a menudo en un objeto en tensión, difícil de contener y que sólo se sostiene gracias a un control feroz y a veces insuficiente…” ¿Quiere decirnos el escritor que la escritura pone orden en el caos de la conducta vital? No necesariamente. El orden difícilmente genera creación alguna, solo normaliza y perpetua como estereotipo y referencia lo ya hecho que, como tal, tiende a envejecer. El tráfago de experiencias desiguales, el choque entre antagonismos, la resistencia de conductas, la merma de comunicación, la espiral reacción-acción (o viceversa), los desamores, las pérdidas...todo desata impulsos confusos y a veces de callejón sin salida aparente. Pero por ahí anda el caldo de cultivo de una escritura sustitutiva del marasmo y la desintegración.



18.3.14

Nosotros, los mosquitos




















¿Mal de muchos, consuelo de necios? Un poema al azar -el azar de abrir un libro que buscaba, luego no tanto azar- de uno de los grandes haijines, Kobayashi Issa:

Para el mosquito
también la noche es larga,
larga y sola.

La insignificancia tiene sus tiempos y sus proporciones. Y ocupa todos los territorios y no distingue de géneros ni especies. ¿Hemos creído ser menos efímeros y más grandes que esa especie doméstica? Trece mil ochocientos millones de años, según los físicos, nos contemplan desde los primeros momentos expansivos del cosmos. ¿No somos acaso sino mosquitos en comparación con esos iniciales balbuceos del caos y todo lo que ha venido después? Pero mientras, desde nuestra relativa menudencia, seguimos observando, como los cuervos de Yosa Buson. Aunque sea las huellas que creímos perdidas.






17.3.14

Café matutino con Aki Kaurismäki












El café a las siete de la mañana entona y sabe rico, pero a veces resulta amargo. "Antes la clase trabajadora era otra cosa. Había esperanza. Pero ya no hay capitalismo, ahora hay sadismo. Esclavos que no saben si van a ser despedidos al día siguiente.” Lo dice en una entrevista Aki Kaurismäki, el director de cine finlandés que hace años me hizo disfrutar de lo lindo con su película Contraté un asesino a sueldo. Si en aquel film había un ángel de la guarda con forma de azar y otro con un disfraz no menos azaroso llamado amor, no sé por dónde andarán ahora. Porque a las próximas generaciones no las va a salvar ni la publicidad, salvo que se procuren por sí mismas. Sí, decididamente he sobrecargado la cafetera y aún es muy pronto. 



15.3.14

Símbolos en la película Perfect sense





La voz en off recurrente en la película Perfect sense dice en un momento determinado, cuando la gente va perdiendo algunos de sus sentidos: "Todos se centran en las cosas que son importantes para ellos. Todo lo que hay más allá de la grasa y la harina." Y la imagen que respalda este comentario es el de una mujer leyendo. Que el guionista haya elegido la imagen de una lectora para definir una supuesta alternativa a una situación extrema  -esa pérdida paulatina e irreparable de los sentidos, que conduce al límite y posteriormente a la oscuridad- me ha gustado. Haga o no abstracción del resto de la película, su contenido simbólico me parece una llamada a la razón de la lectura como alternativa a las diversas pérdidas cotidianas que sufrimos. Pérdidas que una vez aceptadas crean una nueva normalidad. Película metáfora que me ha atrapado. Conozco gente que ha perdido el sentido del gusto o del olfato y no te cuento del oído o de la vista. Pero imaginarte una cadena de pérdidas de todos los sentidos por parte de toda la humanidad solo desembocaría en la desaparición de la especie. Ese secante fundido en negro final de la película. Si bien el guionista y el director salvan el sentido del tacto  -¿porque dicen que es el último en perderse o porque hay que dejar abierta una esperanza al terminar la película?-  no hay más allá. Sí, que el espectador no considere el film un mero juego cuya realización pueda ser más o menos acertada. Mi lectura se sintetiza en esa escena fugaz de una mujer que lee. Que el espectador reflexione sobre lo que se va yendo de nosotros mismos cada día que pasa y en las propuestas que podemos hacernos para no quedar carentes del todo. Por cierto, el fotograma que incluyo  -la mujer que mira la hoja-  es un símil paralelo al de la mujer que lee un libro. Al fin y al cabo, ahí también hay otra lectura: su pensamiento perdido hacia...




14.3.14

Dos veces, sugiere Friedrich Nietzsche




















Nietzsche en El caminante y su sombra: " Decir dos veces. Es bueno expresar una cosa enseguida dos veces y darle un pie derecho y uno izquierdo. La verdad puede ciertamente tenerse sobre una sola pierna; pero con dos andará e irá por ahí." Creo que es mejor todavía pensarlo -antes- dos veces. Más prudente, más práctico, más capaz para elegir el pensamiento o la idea a expresar. Pensar dos veces puede refrenar a tiempo una expresión indebida. Y si no la emitimos, porque no estamos seguros de nuestro enfoque o de la corrección de lo decidido, no pasa nada. El silencio a tiempo puede hacernos andar más seguros. Medir, sopesar, dar vueltas desde ángulos diferentes: la mente nos permite esa opción. Tal vez se evitarían a tiempo muchos males. O al menos, muchas confusiones o desatinos... y, por cierto, bastantes enemistades.  La verdad suele patinar con facilidad sobre dos piernas, así que no quiero imaginar qué golpe se llevaría si lo hace solamente sobre una. Naturalmente alguno afirmará: pero hay más valor en la decisión espontánea y sincera que en la reflexionada. Dejadme responder rascándome la nariz: hummm.



Grabado de Jacques Callot


13.3.14

El silencio del árbol de Sohrab Sepehrí
















"La reconstrucción del silencio
me perturbó.
Vi que el árbol existía.
Si existe el árbol,
es claro que hay que existir."


Sohrab Sepehrí, poeta sufí contemporáneo. Lo traigo aquí como búsqueda. Solo he leído esto de él, pero busco más. Necesito encontrar más. Probablemente estamos hechos más de silencio que de ruidos. Nuestra existencia se vincula a muchas otras existencias. Que traspasan la especie, que conectan las materias, que hablan en plural siempre. Y cuyo silencio se nos confía para confirmarnos en las ganas de vivir.





12.3.14

La emocionante claridad de Alba Pedro















Emoción en tiempos escasamente altruistas. Alba Pedro, estudiante de Ingeniería Informática y Telecomunicaciones de la Universidad de Zaragoza al recibir el 'Premio al Estudiante': "No estaría aquí sin una educación pública y los profesores que no sólo me formaron académicamente, sino que me inculcaron valores enormemente valiosos y nobles, como que todas y todos debemos tener las mismas posibilidades y oportunidades,y que ni la situación social, ni el género, ni la raza, ni la orientación sexual deben limitar nuestras ganas de soñar y de llegar hasta donde deseemos llegar. Tampoco estaría hoy aquí si no hubiese disfrutado de una sanidad pública y gratuita que me ha permitido crecer y formarme en un ambiente de seguridad, donde mis personas queridas han recibido la mejor asistencia cuando han enfermado, y no ha sido necesario invertir dinero en ello recortándolo en mi educación, mi sustento, mi posibilidad de estudiar en el extranjero."

Alba Pedro matiza su testimonio, que reviste características conscientes de un Manifiesto ético y político inaudito, y ciertamente eufórico: "Mi compromiso político, social, existencial, vital va más allá de alcanzar la excelencia académica y es, al mismo tiempo, condición de posibilidad para llegar a ello: estoy comprometida a no abandonar la historia, porque no quiero que caiga en olvido que todo lo que tenemos ahora, todos estos derechos y prestaciones de los que podemos disfrutar, han costado esfuerzo conseguirlos, y debemos seguir defendiéndolos. Siempre debemos aspirar a más. Sabemos que a veces luchar por todo esto conlleva consecuencias injustas, pero asumimos el riesgo y apostamos por la solidaridad frente a su represión.”

La emoción no se me suscita sólo por estas palabras, que ya tienen por sí mismas su densidad, sino por su gesto. Ha entregado el importe del premio a una caja de resistencia: "La lucha a veces conlleva consecuencias injustas, pero asumimos el riesgo y apostamos por la solidaridad frente a su represión. Por este motivo voy a destinar el dinero que se me concede a una caja de resistencia que apoya a cuantos siguen luchando para que cualquier persona, sea quien sea y venga de donde venga, tenga la oportunidad de llegar hasta donde desee". ¿Quién dijo que la competencia y la insolidaridad es lo único que campa en nuestros días? Alba Pedro: "Yo he tenido la oportunidad de recibir este premio gracias a todo el apoyo que he tenido, el mismo que pretenden arrebatarnos por medio de las actuales políticas de recortes de los derechos sociales que tanto dolor están trayendo a tanta gente." Eso es tenerlo claro. La emoción de la esperanza. Que prospere en las actitudes cotidianas.



11.3.14

La vida libre de Epicuro























"Una vida libre no puede llegar a poseer muchas riquezas". Epicuro dixit en una de sus máximas. Pero ¿no se nos traslada en la actualidad que cuanto más tienes más puedes y más dispones y más disfrutas? Probablemente también en tiempos del filósofo griego se pensara de modo análogo, de ahí que Epicuro precisase: "Las riquezas no son fáciles de alcanzar sin servir a la multitud o a los poderosos." Acabemos: las riquezas no llegan de modo limpio, parece decirnos el sabio. Uno piensa entonces que la disyuntiva se reduce o se elimina, puesto que la multitud -hoy la denominaríamos en plan sociología moderna masa- tiene como modelo a los poderosos. La libertad individual es uno de los leiv motiv de la publicidad comercial con que se machaca a multitudes, masas, tribus e individuos. Una parada en medio del despliegue de spots: ¿Estamos convencidos de que la posesión nos hace libres? Epicuro, o era un idealista infatigable o un envidioso encubierto: "La vida libre -dijo-  ya es dueña de toda clase de bienes en permanente abundancia." ¿Habíamos caído en ello? Ciertamente, hay que mirar para otra parte y, sobre todo, hacia otra dimensión, la interior. Aunque nos parezca que no basta. Epicuro nos legó otra máxima, que puede ser interpretada desde miradas diferentes e incluso opuestas: "Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco." ¿Iba descaminado este filósofo que ha sido silenciado sistemáticamente a lo largo de la historia por los dogmáticos del sufrimiento?



Pintura de Lawrence Alma Tadema


10.3.14

Mensaje a los ociosos por parte de Dostoievski




















Pasó el carnaval oficial. El permanente humano continua. Tiempos de cuaresma, antes obligados, ahora para gustos de adeptos. Que muchas de las cuestiones humanas de hoy día ya se reflejaran con acierto en las obras de Dostoievski da idea del ojo clínico del escritor. Da en el alma rusa, dicen algunos, para hacerlo más local. ¿En el alma rusa? ¡Toca el alma humana!, y ahí se convierte en absolutamente universal, sea cuales sean las formas y representaciones de territorios, poderes y costumbres. Dice el personaje Fiódor Pávlovich en la novela Los hermanos Karamázov: "Padres monjes, ¿para qué ayunan? ¿Cómo esperan recibir a cambio una recompensa en el cielo? ¡Por una recompensa así yo también ayunaría! No, monje santo, lo que tienes que hacer es practicar la virtud en esta vida, ser útil a la sociedad en lugar de encerrarte en un monasterio con la comida asegurada y no esperar la recompensa allí arriba: ya verás cómo así cuesta un poco más." Por supuesto, si esto se lee de manera más amplia -no circunscrita a monasterios u otros predios clericales- y adaptada a nuestros días, ¿no se percibe aún un cierto hilo de continuidad? Hay quien piensa que el modus vivendi de aquellos sectores improductivos tradicionales de la sociedad se ha adaptado a los tiempos, pero sujetando -en connivencia con el Estado- las bridas de su propiedad en este mundo. Naturalmente, el casamiento con el Estado -con sus variantes y conversiones- ya viene de lejos. Ahí no somos nada modernos. 



 Pintura de Dmitri Anatolyevich Belyukin


8.3.14

Las amarguras latentes que describe Dostoievski




















"...Hay en el pueblo una amargura silenciosa, infinitamente paciente; esta amargura se encierra en sí misma y calla. Pero hay también una amargura lacerante: de pronto rompe en llanto y desde ese instante se deshace en lamentos. La padecen sobre todo las mujeres. Sin embargo, esa amargura no es más llevadera que la amargura silenciosa. El único consuelo que dispensan los lamentos es el de enconar y desgarrar aún más el corazón. Esta clase de amargura no busca siquiera consuelo, se nutre del sentimiento de insaciabilidad. Los lamentos responden tan solo a la necesidad de hurgar sin descanso en la herida." Incisiva descripción de Fiódor Dostoievski en Los hermanos Karamázov. Las historias del sufrimiento vienen desde lejos. Según qué, cómo y dónde, algunas se han amortiguado. Otras no. Las heridas son antiguas y siguen estando ahí, en acto o en potencia, no obstante los cambios de conductas sociales. Los cambios no están garantizados para siempre por la mera inercia temporal. La inercia por sí misma no asegura la protección ni a la sociedad ni al individuo. El individuo perece si no resiste y no reacciona cada día. El día sabe de luz y sombras, como el ser humano. Pero es el hombre quien debe elegir en cada jornada entre la claridad y las tinieblas. 


Dedicado a todas las mujeres y en especial a las que pasáis por aquí.



Pintura de Kuzmá Petrov-Vodkin


7.3.14

Un comentario encendido de Luis Rosales














"Quiero decir una cosa tan sólo: que creo en la poesía", olvidado poeta Luis Rosales en el prólogo de su poemario La casa encendida. Suena a acto de fe. Es sabido que la fe, como idea vaga o como concepto idealista o como acto de necesidad, o como todo ello en su popurrí, es siempre una especie de vínculo. Algunos proyectarán el término latino religio y dirán que religión, pero yo prefiero el término vínculo porque es abierto y libre. Muchos concebimos la poesía, y en general la literatura, la pintura, la música o cualquier manifestación artística, como vínculo con la vida. Y nos permite ir más allá: al fondo, si queremos, de la naturaleza, a la textura más dura de la materia, a la volatilidad de lo efímero. Vínculo, pues, que supone sentido de la vida, o afirmación en el sinsentido de ésta. Ratificación: a través de lo escrito comprobamos la dimensión de lo vivido. Viaje: entrada en las profundidades y entrañas de cuanto nos rodea. Descubrimiento: el mundo en que las emociones y los sentidos actúan desentrañando, y aunque no lo logren del todo, siempre nos sorprendemos. Revelación: no somos los mismos después de haber hurgado en las letras leídas y tras haber aportado nuestras pequeñas gotas textuales. Unas veces, la poesía es espuma, otras veces granitos de arena, otras solamente ímpetu, algunos logran impregnarse de la salinidad que adereza la búsqueda contrastada del hombre, unos pocos forman parte de la galerna y los elegidos alcanzan, a pesar de tanto elemento en juego, la calma...que nunca es definitiva. Pero todo ello ¿no configura acaso un inmenso océano expresivo? 

Párrafo entero tomado de la introducción de La casa encendida, que me sirve además para recordar de nuevo al recién partido viajero Leopoldo María Panero:

"Quiero decir una cosa tan solo: que creo en la poesía, y lo diré, y lo seguiré diciendo siempre -delante de esta yerba, delante de estos niños, delante de esta vida- , sabiendo que la palabra con la que lo digo es siempre impalpable y adherente traducción de ceniza. Y sé también que lo que quede de esta hora, si es que algo queda, en la ceniza de mis palabras, será también poesía. Vivir es ver volver. El tiempo pasa; las cosas que quisimos son caedizas, fugitivas, se van. Y esto es morir: borrarse de sí mismo, borrarnos de nosotros y sentir que se nos van secando, poco a poco, la tierra o la raíz donde fueron creciendo aquellas cosas que nos hacen el alma, aquellos seres que amábamos un día y a cuyo amor debemos lo que somos."


Dedicado a V.D., por su empeño hermoso en ahondar en la expresión poética.



Dibujo de Javier Mateo Hidalgo


6.3.14

Leopoldo María Hamlet














"Oh, Satán, ten piedad de mi larga miseria", canta en Las flores del mal Charles Baudelaire. También el último poeta muerto (el penúltimo) utilizaba de cita este verso. Leopoldo María Panero encabezaba con él una de sus versiones del Himno a Satán.  Por cierto, Satán, ¿es la vida o es la muerte? ¿Qué dirías de nuevo tras la experiencia final?   Tal vez la misión de Satán se reduzca al regateo con la no-vida, pero también va de ello lo opuesto a Satán, aunque le vistan de seda y le ubiquen en las alturas, que ya no son tales. Satán y su opuesto son muy literarios, se retroalimentan hasta el infinito. Hasta el infinito que cada voluntad individual quiera, naturalmente. Lo que es evidente es que ambas metáforas complementarias, que no opuestas, no son más que los dos rostros del mismo destino. Arrieros de la vida somos y nadie vale más que nadie. Y es que siempre me caíste bien.


Himno a Satán 
Los perros invaden el cementerio
y el hombre sonríe, extrañado
ante el misterio del lobo
y los perros invaden la calle
y en sus dientes brilla la luna
pero ni tú ni nadie, hombre muerto
espectro del cementerio
sabrá acercarse mañana ni nunca
al misterio del lobo.



4.3.14

Basho viaja ligero por las Sendas de Oku













Matsúo Basho y su deliciosa descripción del viaje en Sendas de Oku:  "Ese día llegué a la posada de Soka. Me dolían los huesos, molidos por el peso de la carga que soportaban. Para viajar debería bastarnos sólo con nuestro cuerpo; pero las noches reclaman un abrigo; la lluvia, una capa; el baño, un traje limpio; el pensamiento, tinta y pinceles. Y los regalos que no se pueden rehusar...Las dádivas estorban a los viajeros."

La mínima impedimenta del viajero basta para el viaje. Es la mente la que debe cargarse de miradas sobre el don del paisaje, recibir el obsequio de los sonidos, catar el ofrecimiento de las costumbres, deslumbrarse con las obras monumentales de los hombres, aceptar el acogimiento de los más humildes, desplegar todos los sentidos. La somera descripción del bagaje de Basho parece indicarnos esta dirección. Que junto a los recursos para la protección de la anatomía del cuerpo el poeta matice que el viaje reclame para "el pensamiento, tinta y pinceles" es especialmente emocionante. Con esta confirmación explícita, Basho se reafirma en que la experiencia vivida al viajar es el objetivo, pero sin una descripción escrita, ¿en qué quedaría?   

Los caminantes ligeros. Cómo no recordar a nuestro Antonio Machado, siempre tan oriental en sus reflexiones poéticas:

"Yo, para todo viaje
 —siempre sobre la madera
de mi vagón de tercera—,
voy ligero de equipaje."

¿Sabría de la obra de Matsúo Basho?



Pintura de Yosa Bushon (1716-1783)



3.3.14

La mirada de John Berger














John Berger, en Modos de ver:

"La vista llega antes que las palabras. El niño mira y ve antes de hablar." Y siente. Antes de nada, recién llegado de la nada, tras un limbo que es todo donde se va haciendo, el niño siente. ¿Será ya la primera mirada la interior y la anterior? Mirada de las sensaciones. Brújula del instinto. No desdigo a Berger. El hombre niño -sus orígenes temporales como formación de la especie- estuvo rodeado de un paisaje al que mirar, observar, tener en cuenta, reconocer. El hombre aprendió antes de nada a mirar. Con todas sus favorables consecuencias, no obstante el camino tortuoso. Largo recorrido el de mirar. Primeras preguntas. Obtención paulatina de respuestas. Incluso una vez inventadas las palabras, éstas debemos utilizarlas para seguir mirando.






2.3.14

Alain Resnais se despide de Hiroshima















"ELLA.- Soy de dudosa moralidad, ¿sabes?
 ÉL.- ¿A qué llamas tú una dudosa moralidad?
 ELLA.- A dudar de la moralidad de los demás."

Diálogo de Hiroshima, mon amour, de Marguerite Duras. Solo que la moralidad de los demás también es la nuestra. Luego dudamos también de la nuestra. De la aceptación o no de cada acto de gravedad que se cuela diariamente por las relaciones que establecemos. Hiroshima, mon amour fue también una película del director de cine Alain Resnais, muerto ayer. Estética impecable e implacable para los que buscábamos en los 60 del siglo pasado otros lenguajes cinematográficos -con todo un contenido ideológico implícito también- no tan al uso como el que dominaba en el mercado de masas. Novela y película donde al mundo simbólico que se decía antes de los elementos constitutivos de la naturaleza  -agua, fuego, tierra, aire-  se le puede añadir un paralelismo con el hombre y la cultura humana. Donde más allá de los elementos naturales se manifiestan otros con diversos rostros: el amor y la compañía, la guerra y la dominación, el espacio donde trabajar y vivir y la libertad a la que se aspira. Sobre estos elementos giran los personajes del film. Hiroshima no es un referente cualquiera. De modo análogo a Auschwitz significa también holocausto, hecatombe, horror. Y supervivencia, y recuperación, y la rueda de la vida que sigue girando. Que Duras eligiera una de las ciudades de Japón sacrificadas ferozmente para construir una historia de amor fugaz que tiene lugar varios años después de la barbarie -y no solo de mero amor fugaz, pues dentro de ella se narra también la historia de la mujer protagonista- es clave para recordarnos a todos cómo juegan los elementos de la naturaleza humana y social cuya vorágine se precipita, y que tanto nos recuerda sucesos que vivimos en el presente:

"ELLA.- ¿Contra quién, la cólera de ciudades enteras? La cólera de ciudades enteras tanto si lo quieren o no, contra la desigualdad establecida como principio por ciertos pueblos contra otros pueblos, contra la desigualdad establecida como principio  por ciertas razas contra otras razas, contra la desigualdad establecida como principio por cierta clases contra otras clases."

Hiroshima, mon amour: cuando el amor es también objeto de devastación, pues ¿acaso se iba a librar éste cuando una guerra acecha y ataca de plano cualquier conducta humana? Y las devastaciones tienen larga mano. No en balde la mujer protagonista ama en su aventura japonesa con una peculiar obsesión, que lleva a preguntarse al lector o espectador: ¿a quién ama realmente en ella?
















Abajo: Fotograma de la película.



1.3.14

La patria de cuatro patas de Jhumpa Lahiri














"Cuando me convertí en escritora, mi mesa se convirtió en mi patria; ya no necesité otra." Jhumpa Lahiri en una entrevista en El País. ¿Y por qué no? ¿Somos hijos de un origen y su inercia o lo somos más bien de lo que hacemos? 

Parece simplemente una nueva boutade sobre el concepto patria: que si la patria es la bandera, que si es la infancia, que si es la ideología, que si son mis hermanos, que si la lengua que hablo, que si es el suelo donde vivo, que si es el territorio donde me siento integrado y feliz...Hay interpretaciones para todos los gustos, y eso está bien. Pero la patria ¿siempre tiene que ser algo conectado con el origen, que normalmente significa la caída en este mundo? Nos nacen y en cierto modo nos crecen. Incluso desearían que siguiéramos un rumbo bajo control hasta el fin de nuestros días. Me sirve el transitivo que no es correcto, pero me habla con más claridad.  La dicotomía al uso del sacro  unos nos hacen y de ellos provenimos y la otra expresión complementaria nosotros hacemos siempre es relativa. 

Muchas veces nuestros orígenes no nos proporcionan más que una puesta en este mundo, y es de agradecer al bagaje que ello implica, si tal bagaje nos beneficia. Y sin embargo, muchas de nuestras obras personales  -cuya manifestaciones se llaman entrega, esfuerzo, imaginación creativa y tesón-  se convierten en el ámbito que nos nutre, en una dialéctica en la que nos reconocemos. Donde nos originamos con libertad. Tenemos la sensación de estar ahí con sentido. El sentido y el quehacer personal nos protegen con más sinceridad y madurez que las invocaciones a un origen, a un Estado o a una nación, que frecuentemente suelen ser más yugos a los que uncirnos que elementos de libertad interior y de conducta que nos ennoblece.

Expresivo este testimonio de la escritora Lahiri, autora del precioso título Tierra desacostumbrada: "Mi lengua materna es el bengalí, era lo que hablaba y oía en casa,pero solo sé escribir mi nombre y lo leo con dificultad. Aunque lo lamento, para mí es una lengua oral.Pero, aunque fui educada en inglés y escribo en él, tampoco me siento identificada con este. Para mí el inglés es una madrastra con la que me llevo muy bien. Cuando nació mi hijo y le tuve en brazos, le hablé en bengalí porque esa era la lengua para expresarle mi amor." ¿Será pues la patria también  -y quién sabe si acaso sobre todo- el ejercicio del amor?




27.2.14

Matsúo Basho y el camino del silencio
















Matsúo Basho:

"Este camino
nadie ya lo recorre,
salvo el crepúsculo."

Este haiku es un hermoso poema del silencio.
No tengo más que decir.



26.2.14

La alegría de vivir (y de escribir) de Catulo













Azares de frecuentar la librería de lance, que pone en mis manos los Poemas de Catulo. Disfrute y sorpresa por la frescura de su estilo, tal como éste: "Vivamos, Lesbia mía y amémosnos, hagamos caso omiso a todas las habladurías de los ancianos en exceso escrupulosos. Los astros pueden ocultarse y reaparecer, pero nosotros tendremos que dormir la noche perpetua tan pronto como se apague la breve llama de nuestra vida. Dame mil besos y después cien, otros mil luego, luego otros cien. Empieza de nuevo hasta llegar a otros mil y a otros cien. Después, cuando hayamos acumulado muchos miles, los revolveremos todos para perder la cuenta o para que ningún malvado envidioso sea capaz de echarnos mal de ojo cuando sepa que nos hemos dado tantos besos." Nunca es tarde para leer a Catulo. Procaz, desvergonzado, transgresor, polemista, satírico, epicúreo, divertido, amoroso, sentimental, ingenioso, colérico, consejero de los amigos, descalificador de los enemigos...¿Cómo pudo desarrollar tantas personalidades expresivas en sus poemas?¿Cómo pudo vivir tan poliédrico los pocos años que vivió? Cualquiera de esos calificativos puede aplicarse al poeta. Menos el de superficial y necio. Algunos hombres apuran el vaso de la vida en breve tiempo. Pero caerán en el olvido. Catulo con sus poemas es eterno. Descubrirlo aunque sea a edades tardías aún proporciona satisfacción. Estos romanos...



25.2.14

Tú que no puedes, tan en vigor en nuestros días




















A veces te regalan libros pequeños que son enormes. Goya y Los Caprichos es una pequeña joya escrita por la profesora Anna Pou Van Den Bossche que no tiene pérdida. Ya el propio artista, recuerda Anna Pou, había colocado un anuncio en Diario de Madrid donde decía que "se ha escogido como asuntos (...) entre la multitud de extravagancias y desaciertos que son comunes en toda sociedad civil (...) aquellos que se ha creído más aptos a suministrar materia para el ridículo". Verdadera declaración de principios y de intenciones de Goya, donde bajo la denominación caprichosa trata temas como la educación, la Iglesia, las supersticiones, la corrupción, la mujer...desde una perspectiva crítico burlesca. Los Caprichos fueron en gran parte más racionalistas en su representación estética y acabaron siendo incluso oníricos, surrealistas, grotescos. Ridiculizar es un verbo que Goya plasma con estética variada y rompedora, con empeño satírico profundo, como un espejo donde los españoles de su tiempo  -¿distaremos mucho los españoles de ahora de aquellos otros?-  podían contemplarse. Anna Pou: "Lo bizarro o extravagante se expresa aquí  -en el anuncio de Goya-  con el término de ridículo, y el objetivo de la colección de estampas es mostrar el ridículo que suponen los defectos causados por la falta de educación y razonamiento, los dos pilares sobre los que descansaba el progreso de la humanidad según los ilustrados." Más clara e inteligente no podía ser la visión goyesca, y así salió la obra que salió.

Unas cuantas estampas son asnerías. El noble animal  -¿dónde andas, Platero, para salir en su defensa?-  ha sido en nuestra sociedad un símbolo de la necedad y de la tozudez ciega. El capricho Tú que no puedes es particularmente actual. Dos hombres del pueblo llano, digamos, sostienen sendos burros sobre sus espaldas. ¿No es suficientemente explícito de por sí el símil? Entre los tres tipos de comentarios que nos han llegado sobre los caprichos, hay dos que coinciden. El dramaturgo Adelardo López de Ayala interpreta así este grabado: "Las clases útiles de la sociedad llevan todo el peso de ella, o los verdaderos burros a cuestas." La interpretación de los que posee la Biblioteca Nacional es: "Los pobres y clases útiles de la sociedad que llevan a cuestas a los burros, o cargan con todo el peso de las contribuciones del Estado." ¿Modificaría Francisco de Goya un ápice del capricho si viviera en la actualidad? 

Un punto de reflexión -con doscientos años largos de por medio- en un día como hoy en que los representantes de la nación se empeñan en mantener muy vivo el Tú que no puedes del gigante Don Francisco.






24.2.14

Schopenhauer y su defensa del diletante
















"¡Dilettantes, dilettantes! Éste es el término de desprecio aplicado a aquellos que cultivan una ciencia o un arte tan sólo por el goce que experimentan." Arthur Schopenhauer en La erudición y los eruditos. En realidad, lo que me ha recordado la reflexión del filósofo es el reciente y ya institucionalizado acontecimiento mercantil de la Feria ARCO en Madrid. El mercado habitual que hace unos años deslumbraba y ahora se menciona en menor medida en los media salvo para los iniciados en dicho comercio y los que disponen la circulación del arte-mercancía. 

Schopenhauer reivindica a los contemplan el arte por el propio disfrute -per il loro diletto, dice él- "llamados con desprecio por aquellos que se consagran a lo mismo con miras de provecho, y no se sienten atraídos hacia ello más que por la perspectiva del dinero que ganarán."  En la viña de arte hay mucha hierba que escardar y no por hacer oficio de la vocación se justifica más el propósito y, por supuesto, no se garantiza necesariamente un resultado más exitoso. "El aficionado  -continua el filósofo- considera la cosa como un fin, y el hombre de oficio solamente como un medio." ¿A tanto llega el justiprecio que parece que si no actúa conforme a sus fluctuaciones mercantiles no hay un reconocimiento cualitativo de la obra creada? Una tasación no debería limitar el perfil imaginativo del arte. Por sí misma no designa calidad. Pasa un poco como en el mundo literario patrocinado por las editoriales que quieren vender sobre seguro, entiéndase pues sobre encargo. 

"Sólo aquel que se interesa directamente en una cosa, y que la practica por amor, con amore, la tomará completamente en serio. De esta clase de hombres, y no de los mercenarios, han salido siempre las mayores iniciativas", concluyen el alemán. Dos mundos se enfrentan con frecuencia en el cultivo del arte y el conocimiento. El talento no lo proporciona el mercado, aunque los medios que éste pone en circulación copen las aplicaciones efectivas. Al diletante, al aficionado, le gusta recrearse: pintar, esculpir, fotografiar, hacer cerámica, filosofar, escribir...tan solo por la propia pasión de disponer tales ejercicios y encontrarse a gusto en ellos. ¿Os parece poco?





23.2.14

Un escalofrío de Alejandra Pizarnik













Hay poemas que escalofrían:

"no
las palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia"

Quiero ser más moderado y pensar: acaso las palabras sustituyen al amor. O bien: tal vez las palabras compensan la ausencia. O más juegos, ahora interrogativos: ¿y si las palabras incentivan el amor? ¿y si escribir conjura ausencias? O modos imperativos: hágase el amor por la palabra, o bien: vade retro, ausencia. Pero cuando leo lo que viene después:

"si digo agua ¿beberé?
si digo pan ¿comeré?"

entonces la conciencia de una inevitable intemperie me ocupa (o desocupa) del todo. Por más que lo intentemos, no comemos la palabra pan ni bebemos la palabra agua. Y el hambre y la sed no se cubren con el ejercicio de una sintaxis. 


(Flaqueza mía esto de leer a Alejandra a la medianoche, su En esta noche, en este mundo


22.2.14

Un hombre vivo

















¿Es la imagen de un hombre viejo? ¿De un enfermo? ¿De un desheredado? ¿De un proscrito? ¿De un moribundo? ¿De un hundido? Tal vez es un poco la imagen de todo. Aunque...¿hasta qué punto derrotado? ¿Puede ser derrotado alguien que escribe con tal precisión de filosofía moral y con tan sencilla armonía estética algo así?

"Nunca perseguí la gloria
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción:
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse." (*)

Y sin perseguir gloria alguna para sí -mirad lo que recogió-  nos legó el goce de sus escrituras, la claridad de su visión, la sensatez de los argumentos y las convicciones de la razón. Y para no pretender dejar memoria nos legó el sabio y vivificante ejercicio de la memoria, que no solo consiste en el recuerdo sino sobre todo en la reflexión. Y para haber amado los mundos sutiles e ingrávidos se comprometió hasta la hez con los mundos onerosos que le deparó su tiempo y con los hombres de estas tierras sinuosas. Hoy se cumplen setenta y cinco años de la muerte de Antonio Machado Ruiz. Maestro, ciudadano, escritor, hombre ético y cabal, y republicano. Uno de los más honestos de nuestra laberíntica historia. Uno de los escritores más precisos. Uno de los poetas necesarios.  Mi reconocimiento ilimitado a este hombre tan vivo para muchos de nosotros. Leedlo siempre. Su pensamiento sigue alentando a los demás vivos.


(*) De su obra Proverbios y cantares.



La fotografía fue tomada por Corpus Barga en Port Nou el 27 o 28 de enero de 1939


21.2.14

La mirada insomne de Manuel Vilariño














"Hay un agujero en el océano,
donde se apagan los astros"

poetiza Manuel Vilariño. Poeta de las percepciones. Poeta de la mirada. Poeta de la reconstrucción de la imagen. Cuando la fotografía susurra, medita, connota, poetiza. Como los astros, muchos hombres se engañan observando su reflejo en la superficie de las cosas. Uno solo se ve de verdad en el fondo, aunque quede atrapado en él. Aunque el fondo sea légamo. O materia dura y virgen. Es como volver al principio. Uno sabe de sí mismo rehaciéndose. Aun no ignorando que lo oceánico de la vida nos va engullendo día a día. 

"Hay un agujero en el océano,
donde se apagan los astros,
la noche sin sextante se guarda
en innominados mapas,
un águila luminosa gira insomne.

Estoy solo, un cuenco de cenizas bajo el brazo."

No sé por qué me acuerdo de repente de unos versos de Celso Emilio Ferreiro que grabé en mi juventud:

"Una ventana encendida
en la noche de la ciudad
es como un ojo insomne."

También la vigilia es soledad. Nuestra propia mirada nos observa. Gratitud de su compañía.



Fotografía de Manuel Vilariño


20.2.14

El Tao del hombre





















"Busca a tu complementario,
que marcha siempre contigo,
y suele ser tu contrario."

Una búsqueda interior que se puede aplicar también en las relaciones externas del hombre. Cuando nadie sabía en este país qué era el pensamiento (por llamarlo de algún modo) tao y muy pocos conocían a Heráclito  Antonio Machado ya los interpretaba. Cualquiera podemos hacerlo. Solo basta mirar dentro de nosotros. Con doble mirada: cada uno somos insuficientes sin los demás. Los proverbios del poeta son también complementarios:

"Todo narcisismo
es un vicio feo,
y ya viejo vicio."

¿Miraremos alguna vez más allá dentro del más acá?



Pintura de Balbi López


18.2.14

Las únicas verdades de Don Antonio




















Vieja sabiduría, proposición de modesto realismo: "La inseguridad, la incertidumbre, la desconfianza, son acaso nuestras únicas verdades. Hay que aferrarse a ellas." Habla Antonio Machado, curtido ya en la vuelta de la vida. Hoy sus propuestas verdaderas parecen sonar a derrota, pero quien no las tenga presente vivirá en una frustración peor: creer que triunfa en lo que no es vida. "No sabemos si el sol ha de salir mañana como ha salido hoy, ni en caso de que salga, si saldrá por el mismo sitio, porque en verdad tampoco podemos precisar ese sitio con exactitud astronómica, suponiendo que exista un sitio donde el sol haya salido alguna vez." Más allá del dato que el escritor no tiene inconveniente en rebajar, la ironía está servida. Nada hay absolutamente preciso, ni que se repita, ni que se garantice, ni que, acaso, nos proteja. Remata Machado: "En último caso, aunque penséis que estas dudas son, de puro racionales, pura pedantería, siempre admitiréis que podamos dudar de que el sol salga mañana para nosotros. La inseguridad es nuestra madre; nuestra musa es la desconfianza. Si damos en poetas es porque, convencidos de esto, pensamos que hay algo que va con nosotros digno de cantarse. O si os place, mejor, porque sabemos qué males queremos espantar con nuestros cantos." Antigua norma, viejo recurso. Puesto que el camino es de espinas, inventemos la canción, pareció decir alguna vez la humanidad. Espléndida y humilde definición hace Don Antonio de la función de la poesía. Y una doble opción: contar y declamar las pequeñas gestas, que las hay en la lucha cotidiana. Pero también exorcizar y purificarnos de los males que acechan. ¿No alivia de alguna manera la poesía -y por extensión todo tipo de escritura literaria- las únicas y crueles verdades que nos pone el maestro ante los ojos? Ay si Juan de Mairena levantara la cabeza. Se sorprendería del alumno avezado que ha aprovechado bien sus lecciones.  



Retrato de Antonio Machado por Leandro Oroz


16.2.14

Las dudas morales del escritor Roberto Saviano












"No creo que sea noble haber destruido mi propia vida y la vida de las personas a mi alrededor por buscar la verdad. Desde lejos puede parecer noble: ah, qué cosa más bella. Pero yo, que lo he hecho, no siento que sea noble. Es más, me digo: tal vez podría haber hecho lo mismo, con el mismo compromiso, con el mismo coraje, pero con prudencia, sin destruirlo todo. Pero he sido impetuoso, ambicioso, y me he arruinado la vida." Roberto Saviano, escritor italiano, amenazado de muerte por la mafia, en una entrevista que publica hoy El País. ¿Autocrítica pura y dura? ¿Cuestión de nobleza o cuestión de inteligencia? ¿O lo insensato fue no haber valorado lo suficiente al contendiente a batir cuando escribió su novela Gomorra? Probablemente analizó pros y contras. Su afán por tratar un tema tabú (los negocios mafiosos y sus conexiones), la obsesión por la verdad, una cierta aspiración heroica, la tentación del ego...demasiados ingredientes para inclinar la balanza del riesgo. ¿Esperaba Saviano una fatwua como la que se dictó contra Salman Rushdie desde otros clanes? Las condenas, sean cuales sean las manos que las dictan, tienen su origen en un principio: hay intereses que jamás se deben tocar. Saviano ha vendido montones de libros, se ha hecho una película de su novela estrella, sigue publicando, habrá ganado mucho dinero...pero vive en régimen de enterrarse en vida. Que plantee lo innoble de perseguir la verdad suena a que ha llegado a un punto de inflexión en que parece ir dejando pistas ¿buscando el perdón? No le creo tan torpe, pero esa especie de soltar lastre de heroicidad y protagonismo que no parece ahora desear confunde. Matiza Saviano: "Mi drama interno es: podría haber hecho todo esto pero sin poner en riesgo todo. Porque, ¿cual es el problema aquí? Si tú antepones un objetivo, la verdad, la denuncia, a cualquier otra cosa de tu vida, te conviertes en un monstruo. Un monstruo. Porque todas tus relaciones humanas y profesionales están enfocadas a obtener la verdad. Tal vez el fin sea noble, una cosa generosa, pero tu vida no se convierte en generosa. Las relaciones se convierten en terribles." No sé, primero va de héroe, ahora juega a antihéroe. ¿O va por la senda del arrepentimiento? De cualquier modo, está en su derecho y en su libertad de pensar como le plazca. Creo que las circunstancias de su vida estarán siendo muy duras, pero, y no está bien decirlo, tanta proyección mediática me sigue despistando. Ahora bien, las cuestiones éticas que plantea están ahí. Habrá que concederle el beneficio de su opinión sincera.

Nota. Me quedo pensando en la infinidad de individuos asesinados cada día en el planeta por buscar la verdad o defenderse de las agresiones. Sin que apenas se tengan noticias, salvo en la pequeña dimensión que alguna oenegé airee.



14.2.14

Las palabras sin dueño de Mateo Díez













Luis Mateo Díez en La mano del sueño: "...Pero la palabra no tiene dueño, se escribe desde la propiedad más estricta y, sin embargo, lo que se escribe es de quien lo lee, de ese innominado destinatario que hace suya la palabra que le llega y convence, emociona y fascina." Suenan bienintencionadas estas ideas, aunque luego todo ese conglomerado denominado derechos de autor, editor, distribuidor y otras hierbas las diluyan en aras de un mercado voraz. Sigue diciendo el escritor: "El autor asume el reto y el lector le secunda, siempre habrá algún lector para secundar ese reto, aunque no sea numeroso. El marketing, el comercio, distorsiona y hasta extorsiona, pero no le va a quitar a la literatura lo que tiene de ambición y compromiso." Los utópicos trasnochados e irredentos aún creemos que el escritor es una especie de médium, fantástico y estimulante, y este criterio no tiene por qué ser incompatible con el buen hacer. La palabra hilada y vertida en literatura es también hija del viento. Tras ella resuena el arcano oral y patea sin cesar la larga experiencia humana. Todo eso, ¿para acabar simplemente como objeto de cambio mercantil y de consumo? Mucho se habla del oficio del escritor, si bien esa calidad de oficio no siempre exprese la verdad y la calidad creativa del autor. Por eso me alegra leer algo más de Mateo Díez: "Es al escritor a quien compete hacer la opción que le dé la gana, los cantos de sirena jamás resuenan en el oído de los artistas que tienen claro lo que quieren, tan claro que les resultaría imposible escuchar otra música que no fuera la suya."




12.2.14

Leopoldo Pomés y la belleza




















Fotógrafo octogenario Leopoldo Pomés: "La belleza acecha por todas partes." Viene bien el matiz en tiempos en que muchos no la encuentran. ¿Acaso la buscan con lo próxima que está? ¿O consideran atractivo lo que no es sino cutre? Acechar no implica avasallamiento, pero sí exige un mínimo de receptividad. La belleza está al lado y dentro, en la distancia y en la cercanía, en la presencia y en la ausencia. Tiene tantos rostros como voces. Tantos colores como rumores. Tantas arquitecturas como actitudes bondadosas. La belleza es generosa, por propia naturaleza. Pomés, cuyo sentido de la belleza lo ha vinculado toda su vida con la fotografía, aclara: "La luz es su cómplice. A veces hay que disparar la cámara fotográfica para poseerla. Prácticamente desde que aprendí a mirar no he dejado ni un instante de hacerlo. Cuando el primer resquicio de luz choca con algo, en el nacimiento del día en mi dormitorio, ya se produce el milagro: la irrealidad se hace tangible, la belleza emerge y me provoca." Vivir en estado de gracia, dirían otros. ¿Qué mayor estado de gracia que no solo anhelar lo bello sino abrirse a sus manifestaciones y recibirlo, y luego, naturalmente, corresponder? Leopoldo Pomés lo hace: "Y así todo el día y todos los días. Un rostro ensimismado apoyado en una ventanilla de un autobús a las ocho de la tarde después de una jornada de trabajo, la sombra intensa de un árbol en el pavimento urbano de un día tórrido de verano, una silla vacía en la puerta de un garaje, todo está esperando, acechando. Las imágenes están provocando constantemente, sólo hay que aislarlas, detenerlas, poseerlas." ¿Tiene algo de seducción compulsiva esta peculiar persecución de la belleza? El fotógrafo catalán debe creerlo porque..."Me divierto mucho, pero también sufro, porque todo se escapa, no existe, ya ha pasado. Casi nunca llevo la cámara fotográfica encima, premeditadamente. Había llegado a no hacer nada, a no ver nada, con esta obsesión de la posesión." Solo tocamos el instante. Después, su condición de efímero hace que no lo retengamos. Sufrimos por la evanescencia, degustamos el recuerdo del placer que nos proporcionó. Bendita obra, perdón, bellísima mirada, acechadora también, la de Pomés.      












10.2.14

Lectura en el basurero

















Nada de lujo. Cualquier sitio se presta a echar un vistazo a una revista, acaso a un libro. El que vemos aquí no es el ámbito más acogedor precisamente. Un basurero a las afueras de Nairobi, que persiste contra toda preceptiva legal y sanitaria, donde miles de personas rebuscan a todas horas. Pensar que la mujer ha ido allí sólo a leer queda desacreditado de entrada. Que aprovecha la tarea inmunda, no por eso menos digna, para hojear una publicación queda certificado. Si no fuera por el entorno de detritus y por la suciedad de la ropa se diría que la mujer está en un café o en su hogar, relajando sus quehaceres. Entreteniéndose. Esta toma es una de esas imágenes de las que no puedes apartar la mirada. Que te sujetan vivamente para que percibas las contradicciones del vivir humano. Pero también las sorprendentes actitudes que la gente más desposeída de la tierra puede adoptar. Si hacemos con la imaginación tabla rasa de la basura que la rodea, de la suciedad que parece llevar pegada, y nos fijamos exclusivamente en su pose ¿no vemos a una mujer abstraída y calma, bien plantada, articulando una posición soberbia y cómoda del cuerpo que la centra en la lectura? ¿No observamos a una mujer atenta, que quiere ver y saber del mundo a través de unas páginas impresas? ¿Nos estará engañando el fotógrafo? ¿No habrá pintarrajeado la estampa? ¿Habrá llevado hasta allí a una modelo, la habrá maquillado para la ocasión, cubierto de una especie de moda ad hoc para la vista del ciudadano occidental ávido de novedad? ¿O esta mujer pobre sueña al ver fotografías de ciudades que ella no habita, de hogares que son impensables, de vestidos y conductas que la están vedadas? Probablemente en esa parada sueña que sueña.Lo que hay detrás, lo que no imaginamos desde aquí, es lo que ella prefiere ignorar: las enfermedades que acechan desde el vertedero incontrolado, los gases que llenan la sangre de plomo, los problemas respiratorios, las alimañas...Sueña que sueña, seguro. 




Fotografía de Micah Albert, primer premio de una de las categorías del World Press Photo 2012.


9.2.14

Mia Couto y el miedo














"El miedo fue uno de mis primeros maestros". Mia Couto en La maleta. Para quien más o quien menos ha sido una constante en su niñez. Maestro, acompañante o acechador, el miedo nos ha formado paralelamente a otros aprendizajes. Por supuesto, el miedo no ha sido ni es del mismo calibre para unos y otros pobladores de la Tierra. Ni siquiera en el mismo tiempo histórico, porque no hay un único tiempo en el que todos estemos inmersos al cien por cien. Entre un coco abstracto, un comunista, un papista o los chinos que comían niños (caso que cita Couto para su país, Mozambique) la única diferencia de unas culturas u otras, de unas naciones u otras, reside en el objeto formal con que se reviste el miedo. Capitalizado en determinados nombres y alimentado por unas prácticas, frecuentemente inventadas para asustar. No solo para asustar, sino para conseguir sometimientos. Porque el miedo no es propiedad exclusiva de niños, no tenemos más que mirar en el entorno de los adultos. Aunque los miedos más terribles se llaman hambre, enfermedad y miseria, hay muchos más y detrás siempre existen oscuras intenciones. 

"El maniqueísmo que sostenía la guerra fría no se desarmó e inventó otras geografías del miedo...como los miedos se tratan de entidades demoníacas, no bastan los seculares medios de gobernación. Necesitamos la intervención divina, razones que están más allá de cualquier lógica. Lo que era ideología pasó a ser creencia, lo que era política se convirtió en religión, lo que era religión pasó a ser estrategia del poder", afirma Mia Couto en una síntesis bien clarificante. El miedo es lo más azuzado por hombres e instancias que, a su vez, tienen miedo. Puesto que se sabe que reside en lo más íntimo del hombre también los generadores de miedo saben cómo manipular el miedo. No hay estamento social, político o económico que no aproveche esa intimidad donde el ser humano se siente débil en su soledad para influir en él. A través del miedo se obtienen compradores, vendedores, votantes, protegidos, fieles religiosos, fanáticos o simples resignados y pasotas. Todo estos especímenes sirven para para responder a los extensos y diversos negocios del acatamiento y a la entrega de la primogenitura de la libertad por parte de los individuos. La dimensión del miedo en la presencia de la vida colectiva cotidiana  -acelerándola o demorándola-  es tal en estos tiempos y va siendo de algún modo tan desentrañado por quienes no quieren ceder a él que Couto sentencia: "Ahora hay quien tiene miedo de que el miedo acabe".




7.2.14

Los perros de Cervantes, hace cuatrocientos años











Dice el perro Cipión en la novelita El coloquio de los perros, de Cervantes: "Y decías muy bien, Berganza, porque no hay mayor ni más sotil ladrón que el doméstico, y así, mueren muchos más de los confiados que de los recatados; pero el daño está en que es imposible que puedan pasar bien las gentes en el mundo si no se fía y se confía." Cuatrocientos años después de haberse escrito este texto uno tiene la sensación de que está abriendo el periódico o pone un noticiario para saber de las noticias del día. De que las cosas no han cambiado precisamente del todo. De que viejos y malos usos, vicios, corrupciones, despropósitos y maldades siguen teniendo lugar en nuestro entorno. Me asalta la duda de si es cosa de la idiosincrasia o de que no ha habido modo de ajustar la naturaleza al pacto entre iguales. Acaso porque hasta la fecha no hay manera de que haya iguales. Al menos, que nos queden los canes Cipión y Berganza para consolarnos. A ver si con su compañía logramos fiarnos y confiarnos los unos respecto de los otros.