"Hoy, la literatura está en peligro de volverse periodística, de resultar indistinguible del periodismo". Escritor Peter Handke, en una entrevista en Babelia. Pues volveremos a lo clásico que, acaso, ni siquiera en nuestros días ha desaparecido del todo como estilo. Pero ¿es que el riesgo es nuevo? Las antiguas crónicas, anteriores a la novela y por supuesto al periodismo, ¿qué eran? ¿No tenían una extensión ficticia? Sin embargo le entiendo: "En periodismo todo es receta, todo son moldes y pautas que se pueden aprender." Yo diría que además manipular, enquistar en la mente de los hombres, con el peligro de reducir la capacidad de pensamiento (dado el tratamiento que se le da), canalizar para el ordenamiento de las reglas del juego que interesa. Probablemente periodismo y ficción están en las antípodas, aunque algunos autores jueguen a confundir los términos y hacer pseudoliteratura líquida. "La literatura -asevera Handke- no se puede aprender. Como mucho se puede aprender lo que no hay que hacer. La invención es algo distinto. Cuando en la experiencia destella la chispa de la invención, ahí la vida es divina. Se está pasando totalmente por alto que la ficción hoy día se da raras veces, que es un fuego que se enciende raras veces." ¿Habrá que descubrir nuevamente, por lo tanto, la invención del fuego, de todos los fuegos?
Tiempos tan ordenados y peligrosamente rígidos, para no saber a dónde llegar, son estos que vivimos y que espantan. Y si además la invención literaria flaquea, ¿qué consuelo inteligente nos queda? En su fantástico Zadig o el Destino Voltaire hace una irónica introducción en la que menciona un antiguo libro llamado precisamente Zadig, escrito por un antiguo sabio, "que dice más de lo que parece decir." El libro gustaba mucho al sultán Ulug-Beg, y escribe Voltaire: "...pero las sultanas preferían Los mil y un días. '¿Cómo podéis preferir cuentos irracionales y que nada significan?, les decía el sabio Ulug. -Precisamente por eso nos gustan, respondían las sultanas."