31.10.15

El fuego de la invención para Peter Handke

















"Hoy, la literatura está en peligro de volverse periodística, de resultar indistinguible del periodismo". Escritor Peter Handke, en una entrevista en Babelia. Pues volveremos a lo clásico que, acaso, ni siquiera en nuestros días ha desaparecido del todo como estilo. Pero ¿es que el riesgo es nuevo? Las antiguas crónicas, anteriores a la novela y por supuesto al periodismo, ¿qué eran? ¿No tenían una extensión ficticia? Sin embargo le entiendo: "En periodismo todo es receta, todo son moldes y pautas que se pueden aprender." Yo diría que además manipular, enquistar en la mente de los hombres, con el peligro de reducir la capacidad de pensamiento (dado el tratamiento que se le da), canalizar para el ordenamiento de las reglas del juego que interesa. Probablemente periodismo y ficción están en las antípodas, aunque algunos autores jueguen a confundir los términos y hacer pseudoliteratura líquida. "La literatura -asevera Handke- no se puede aprender. Como mucho se puede aprender lo que no hay que hacer. La invención es algo distinto. Cuando en la experiencia destella la chispa de la invención, ahí la vida es divina. Se está pasando totalmente por alto que la ficción hoy día se da raras veces, que es un fuego que se enciende raras veces." ¿Habrá que descubrir nuevamente, por lo tanto, la invención del fuego, de todos los fuegos? 

Tiempos tan ordenados y peligrosamente rígidos, para no saber a dónde llegar, son estos que vivimos y que espantan. Y si además la invención literaria flaquea, ¿qué consuelo inteligente nos queda? En su fantástico Zadig o el Destino Voltaire hace una irónica introducción en la que menciona un antiguo libro llamado precisamente Zadig, escrito por un antiguo sabio, "que dice más de lo que parece decir." El libro gustaba mucho al sultán Ulug-Beg, y escribe Voltaire: "...pero las sultanas preferían Los mil y un días. '¿Cómo podéis preferir cuentos irracionales y que nada significan?, les decía el sabio Ulug. -Precisamente por eso nos gustan, respondían las sultanas."




24.10.15

Los nubarrones de Lledó y de Muñoz Molina














Filósofo Emilio Lledó al recibir el premio de Comunicación y Humanidades: "El cielo de las humanidades está en realidad llenó de nubarrones violentos". Nubarrones tras los que se agazapan las precipitaciones del atraso cultural. Uno no sabe para qué sirve tal premio cuando el mérito es del hombre que lo recibe en este caso, y no del Estado que gusta de tapar sus vergüenzas con las concesiones anuales de una Fundación. Insiste Lledó: "Las humanidades se aprenden, se comunican. Las necesitamos para hacernos quienes somos, para saber qué somos y, sobre todo, para no cegarnos en lo que queremos, en lo que debemos ser". Si el filósofo hace nombre a su condición, es decir, comunica sabiduría, ¿por qué los que otorgan el premio no tiran de las orejas a los gestores de un gobierno que se afianza cada vez más como de torpes? Tal vez la respuesta la da hoy en Babelia Antonio Muñoz Molina: "El analfabetismo unánime sigue siendo la gran ambición de la clase dirigente y de la clase política en España". Si el analfabetismo quedara en el seno de esos clanes, pues allá ellos con sus miserias intelectuales. Pero esos clanes -eterna alianza de intereses económicos y confesionales- deciden sobre el presente y el futuro de la enseñanza en todos sus planos. Por lo tanto sobre los individuos y sus posibilidades. Continua Muñoz Molina: "En cualquier capital extranjera donde he estado en el último año me encuentro con los mejores entre los que sí han aprendido: descubren la sorpresa de trabajar en atmósferas favorables a la investigación y al estudio, sin el castigo agotador de ir contracorriente; en la mayor parte de los casos aceptan con melancolía la evidencia de que si quieren progresar en lo que hacen, el precio será no poder regresar. Grave es que los nativos tengan vedado el regreso, pero igual de grave es que no haya posibilidad de atraer al talento forastero". Política gubernamental: ni comer las berzas ni dejarlas comer. ¿Qué clase de progreso le espera a este país si no se prepara integralmente a los alumnos y si no se les proporciona marcos de investigación que además sean su modus vivendi? Parangonando cierta frase histórica, ¿también estudiar en España será llorar?








18.10.15

Un escrito de Eduardo Chillida, a propósito de Jorge Guillén
















Escultor Eduardo Chillida en sus Escritos, hablando de Jorge Guillén: "De repente leí (encontré): Lo profundo es el aire." Y aquel hallazgo entre las páginas de Cántico, hijo del azar pero también de su predisposición perceptiva, le llevó a Chillida  a realizar casi una docena de homenajes al poeta, en piedra y en metal. ¿Es el artista hijo de lo anterior, del trabajo realizado por otros y del suyo propio, del largo y constante aprendizaje? Eduardo Chillida en su escrito Yo soy un fuera de la ley: "No creo demasiado en la experiencia. Pienso que es conservadora. Yo creo en la percepción, que es otra cosa. Es más arriesgada y más progesista". Sublime percepción, ¿hija de los sentidos y de la observación refleja? No le falta razón. Tal lo empírico parece que siempre sentara cátedra de lo inamovible y, por lo tanto, para un artista resulta peligroso, limitador. Chillida: "He llegado a darme cuenta de que pierdo fuerza conforme pasan los años. Un día, pensando en estas ideas, me di cuenta de que había una cosa en la que yo seguía mejorando con la edad: la percepción. Percibo mejor. Incluso mis ojos ven mejor, siendo peores que cuando tenía treinta años. Eso es muy positivo y gratificante". ¿Es la mirada una dimensión profunda y, sin embargo al alcance de los sentidos, en el significado de Jorge Guillén? 

Continúa el escultor demiurgo: "Hay algo que todavía quiere ir hacia arriba y quiere crecer. Además, creo que eso es lo que hace percibir, y el percibir actúa directamente en el presente, pero con un pie puesto en el futuro. La experiencia, en cambio, hace lo contrario: estás en el presente, pero con el pie puesto en el pasado. Es decir, prefiero la postura de la percepción. Todo mi trabajo es hijo de la pregunta. Soy un especialista en preguntas. Algunas sin respuestas". Las reflexiones de Chillida me hacen concebir al artista creador como el hombre-todo-movimiento. Guiarse por el instinto, dejarse atraer por la perspectiva de lo no descubierto o no respondido, sentir lo sensorial e intuitivo como claves, abandonarse a ese no saber dónde se puede llegar, incitado constantemente a progresar en las formas y los significados. De todo ello cabe una hermosa búsqueda conforme al asombro y a la admiración por lo que se percibe y se comprueba sobre la marcha. 


Nota. El libro Escritos, de Eduardo Chillida, está editado por La Fábrica Editorial. Una joya de meditaciones personales.















Eduardo Chillida fotografiado por Alberto Schommer.



16.10.15

Nuestro pasado tan extranjero. L.P. Hartley















L.P.Hartley al comienzo de su novela El mensajero:  "El pasado es un país extranjero: allí las cosas se hacen de otra manera". Si el pasado es extranjero, ¿qué será el porvenir? O ¿es que acaso nos es tan familiar nuestro vivir día a día? Tal vez la extrañeza nos domina en cualquier tiempo. Y lo que consideramos allegado en realidad nos resulta ignoto. Pero estoy de acuerdo con Hartley: allí, en lo que fuimos o habitamos, las cosas las hicimos de otro modo. Mirar si bien o mal es otro tema. Hoy, aquello, lo vivimos (recordar es revivir o fingir que lo revivimos) con otras reglas, otro lenguaje, otros criterios. Lo malo de ese país extranjero es que ya nadie nos expide pasaporte para visitarlo.

N.B. La cita del libro de Hartley me parece tan intensa que no paso de los dos renglones en los que la leo. El resto de la novela puede esperar.





3.10.15

Prosa y poesía en Josef Koudelka















Antonio Muñoz Molina, a propósito de la obra de Josef Koudelka: "Aparte de la escritura en prosa no hay otro arte que abarque tanto y ofrezca posibilidades expresivas tan variadas como la fotografía." ¿Artificios opuestos o complementarios? Acaso solamente soportes que pueden o no encontrarse por azar pero que expresan lo existente con análogo y certero vigor. "La prosa, como la fotografía, es un instrumento muy adecuado para examinar lo concreto, y quizás es ese rasgo el que las une más profundamente, lo que mejor saben hacer las dos", matiza el escritor. ¿Permanecería, pues, la prosa, como la mera vertiente relatadora de los acontecimientos, mayores o minúsculos? Quienes escriben habitualmente saben que la prosa no es únicamente método y forma, sino que se precipita desde dentro de los sentimientos y las emociones. Asevera Muñoz Molina: "Lo opuesto de la prosa no es la poesía, sino el verso, porque escribiendo en prosa se pueden lograr intensidades de expresión tan altas como las de un poema. Y algo parecido sucede con la fotografía, que comparte con el haiku el misterio de la instantaneidad." Poesía, por lo tanto, en la prosa y en la fotografía. Porque se encuentra de modo natural en las vetas del hombre, más allá, más abajo, de la apariencia y la formalidad expresivas. La poesía, revista la característica del soporte que sea, es un cáliz de esencias que se derrama las más de las veces a goteo, en ocasiones como catarata, para mezclar el mundo de los sueños, el de las invenciones y el de los barros cotidianos de los hombres.