Escultor Eduardo Chillida en sus Escritos, hablando de Jorge Guillén: "De repente leí (encontré): Lo profundo es el aire." Y aquel hallazgo entre las páginas de Cántico, hijo del azar pero también de su predisposición perceptiva, le llevó a Chillida a realizar casi una docena de homenajes al poeta, en piedra y en metal. ¿Es el artista hijo de lo anterior, del trabajo realizado por otros y del suyo propio, del largo y constante aprendizaje? Eduardo Chillida en su escrito Yo soy un fuera de la ley: "No creo demasiado en la experiencia. Pienso que es conservadora. Yo creo en la percepción, que es otra cosa. Es más arriesgada y más progesista". Sublime percepción, ¿hija de los sentidos y de la observación refleja? No le falta razón. Tal lo empírico parece que siempre sentara cátedra de lo inamovible y, por lo tanto, para un artista resulta peligroso, limitador. Chillida: "He llegado a darme cuenta de que pierdo fuerza conforme pasan los años. Un día, pensando en estas ideas, me di cuenta de que había una cosa en la que yo seguía mejorando con la edad: la percepción. Percibo mejor. Incluso mis ojos ven mejor, siendo peores que cuando tenía treinta años. Eso es muy positivo y gratificante". ¿Es la mirada una dimensión profunda y, sin embargo al alcance de los sentidos, en el significado de Jorge Guillén?
Continúa el escultor demiurgo: "Hay algo que todavía quiere ir hacia arriba y quiere crecer. Además, creo que eso es lo que hace percibir, y el percibir actúa directamente en el presente, pero con un pie puesto en el futuro. La experiencia, en cambio, hace lo contrario: estás en el presente, pero con el pie puesto en el pasado. Es decir, prefiero la postura de la percepción. Todo mi trabajo es hijo de la pregunta. Soy un especialista en preguntas. Algunas sin respuestas". Las reflexiones de Chillida me hacen concebir al artista creador como el hombre-todo-movimiento. Guiarse por el instinto, dejarse atraer por la perspectiva de lo no descubierto o no respondido, sentir lo sensorial e intuitivo como claves, abandonarse a ese no saber dónde se puede llegar, incitado constantemente a progresar en las formas y los significados. De todo ello cabe una hermosa búsqueda conforme al asombro y a la admiración por lo que se percibe y se comprueba sobre la marcha.
Nota. El libro Escritos, de Eduardo Chillida, está editado por La Fábrica Editorial. Una joya de meditaciones personales.
Eduardo Chillida fotografiado por Alberto Schommer.