Juan Eduardo Cirlot, poeta del no mundo:
"Contemplo
un infinito espejo mudo que
no llora."
Debe estar al otro lado del mundo. Una vez atravesados los espacios vacíos. Pero no, está delante y detrás y arriba y abajo. Y dentro, sobre todo dentro. Impasible a tantos reflejos que nos ofrece como si se tratasen de la falsa realidad.