20.3.14

Aviso a navegantes del ridículo















Cuando las barbas de Juan de Mairena veas pelar..."De la vejez poco he de deciros, porque no creo haberla alcanzado todavía. Noto, sin embargo, que mi cuerpo se va poniendo en ridículo; y esto es la vejez para la mayoría de los hombres. Os confieso que no me hace maldita la gracia." ¿Opinaría lo mismo Antonio Machado de vivir en nuestros días? ¿O sucumbiría a toda la gama anti envejecimiento que nos venden? De entrada se estremecería ante el mercado abundante de productos para la supuesta conservación del cuerpo: gimnasios, tratamientos faciales, look de cabellera, reforzamientos musculares, cuidados contra la calvicie, dietas adecuadas (supuestamente), lifting llegado el caso, vestir más juvenil...Cierto que con estos tiempos de modas múltiples el efecto placebo al menos ya lo tienes asegurado una vez te pasan la visa, siquiera por una temporada. Pero, ¿desaparece también el efecto ridículo o solo se posterga? Claro que por mucho que tratase su apariencia, el irónico y realista Don Antonio se vería castigado en su físico por las inclemencias externas. Con la perspectiva del  país que se repite en su propio bucle, el paisaje que se ofrece destrozado y el paisanaje que no acaba de modernizar la conciencia me temo que su frente se vería surcada por arrugas antes de tiempo. Seguiría pagando el precio de la dignidad frente a lo patético (esto en el peor sentido)