Azares de frecuentar la librería de lance, que pone en mis manos los Poemas de Catulo. Disfrute y sorpresa por la frescura de su estilo, tal como éste: "Vivamos, Lesbia mía y amémosnos, hagamos caso omiso a todas las habladurías de los ancianos en exceso escrupulosos. Los astros pueden ocultarse y reaparecer, pero nosotros tendremos que dormir la noche perpetua tan pronto como se apague la breve llama de nuestra vida. Dame mil besos y después cien, otros mil luego, luego otros cien. Empieza de nuevo hasta llegar a otros mil y a otros cien. Después, cuando hayamos acumulado muchos miles, los revolveremos todos para perder la cuenta o para que ningún malvado envidioso sea capaz de echarnos mal de ojo cuando sepa que nos hemos dado tantos besos." Nunca es tarde para leer a Catulo. Procaz, desvergonzado, transgresor, polemista, satírico, epicúreo, divertido, amoroso, sentimental, ingenioso, colérico, consejero de los amigos, descalificador de los enemigos...¿Cómo pudo desarrollar tantas personalidades expresivas en sus poemas?¿Cómo pudo vivir tan poliédrico los pocos años que vivió? Cualquiera de esos calificativos puede aplicarse al poeta. Menos el de superficial y necio. Algunos hombres apuran el vaso de la vida en breve tiempo. Pero caerán en el olvido. Catulo con sus poemas es eterno. Descubrirlo aunque sea a edades tardías aún proporciona satisfacción. Estos romanos...