Desde que leí Todas las mañanas del mundo, cuyo personaje central es el compositor barroco Monsieur de Sainte-Colombe, no ha dejado de interesarme Pascal Quignard, polifacético pensador y autor de nuestros días. No siempre fácil de seguir sus trabajos, pero tienen la virtud de hacer que nos interesemos por muchos temas y sobre todo por el enfoque diverso y a la contra de muchos asuntos de este mundo.
Me encuentro con este texto suyo en Carta de Bacon a Lord Chandos* : "Considerad que las palabras solo abandonan a aquellos que las han vaciado y encima desvitalizado". Ojalá sea así de ahora en adelante. Y pienso en que las palabras emitidas por ciertas bocas lo que han hecho es traicionar los conceptos de las cosas, abaratar su enunciación y desvirtuar los valores, cuando no prostituirlos. Pero ¿cuántas de esas palabras depreciadas de su sentido más exacto no han cundido para seguir desfigurando la realidad? Lo seguimos viendo en nuestros días.
Sigue diciendo Quignard: "Si las palabras se les resisten a aquellos que están hablando, jamás se les resisten a los que escriben". ¿Tanta distancia hay entre voz y escritura? Probablemente la misma que se da entre la emisión de lo pensado a medias o deficientemente y la reflexión pausada y ejercida con precisión. "Quienes escriben -confirma el autor francés- disponen de todo el tiempo para abrir sus glosarios, sus atlas, sus cronologías, sus diccionarios, tienen todo el tiempo para releer antiguos materiales de gramática desencuadernados, que datan de su infancia tardía, disponen de todo el tiempo para revisar, revitalizar, reetimologizar, reestructurar, corregir, detectar". Reivindicación de la escritura pausada y medida. Obviamente, es el ejercicio con recursos y empeño realizado al disponer una escritura lo que va a recuperar el sentido de las palabras que otros destrozan y envían al olvido. Reconquista de la lentitud activa, pues, en aras a dotar de armonía y justedad al pensamiento de las palabras. Siempre sugerente la manera de repensar Pascal Quignard, incluso en una idea parcial.
* Este breve ensayo figura en el libro La respuesta a Lord Chandos, editado por Shangrila Ediciones.