La amante ocasional Diane Philibert al protagonista Félix Krull en la novela de Thomas Mann: "¿Y vosotros qué? ¿Qué os pasa a vosotros con nuestros pechos, que os alimentaron, y con nuestro seno, que os trajo al mundo? ¿Acaso no os morís por volver a ellos, por volver a ser niños de pecho? ¿No es a la madre a quién ilícitamente amáis en la mujer? ¡El mundo al revés! En el amor está todo al revés, no puede ser otra cosa que un gran absurdo!" La ironía de la amante recalca lo obvio. ¿Es el amor tan absurdo o simplemente se trata de un mismo plano donde subyacen oscuras fijaciones? ¿Está tan al revés el mundo o la vida es un eterno retorno, y más que nada en el ámbito de los afectos más íntimos? Con el eco de las investigaciones de Freud detrás, la novela Confesiones del estafador Félix Krull es un hito de modernidad que rezuma aire joven por todas partes. ¿Debería zanjar la cita aquí? Hay más salsa, pues la mujer de la novela va más allá en su vorágine: "Es triste, por supuesto, y muy doloroso para una mujer no amar al hombre sino cuando es muy joven, cuando es un muchacho. C'est un amour tragique, irraisonable, no está reconocido, no es práctico, no es para toda la vida, no es para el matrimonio. Con la belleza no puede una casarse." En el corazón de la diana. La belleza está cerca, la belleza está lejos. Parece aprehenderse, pero se escapa. ¿Qué puede hacerse, por lo tanto? Que cada cual saque sus conclusiones.
Ukiyo-e de Utamaro