11.12.13

Alberto Hontoria Maceín y la fabulación de las palabras

















Fabulista Alberto Hontoria Maceín en su libro joya El sentido disidente de la fábula  : "El lenguaje no es el hermano pobre de los hechos. El lenguaje fabrica realidad y tiene el don de cambiar el estatuo de las cosas." Obviamente estamos viendo día a día cómo el lenguaje pone y quita rey (y vuelve a poner) y además ayuda a su señor. Pero los señores del lenguaje no son los filólogos, los lingüistas, los escritores. Los amos son los que disponen de otro montón de propiedades materiales que ratifican su estatus. Los dueños de todo lo son también y sobre todo de la palabra. Es muy antiguo, pero ahora se ejerce un control superior y más eficaz con ella y sobre ella. Mas el poder no solo habita en una instancia elevada, sino que se reparte en cascada, ¿no lo hemos visto toda la vida? "La palabra que emite un juez, culpable o inocente, determina el destino de un ser humano. Las palabras de un párroco, os declaro marido y mujer, cambian el estado civil de una pareja de novios. De palabra está hecha la orden de disparo que un mando militar dirige a su ejército y que se lleva vidas por delante." Ciertamente. Lo que no nombra el autor es que las palabras, como los actos, pueden transgredirse. Y la transgresión puede ser una forma de caída o acaso de reconstrucción, según circunstancias forzadas. Pero las palabras han cumplido su papel oneroso y su gravedad ha caído sobre los cuerpos de los pobrecitos humanos: "Se oye decir que las palabras se las lleva el viento. Pues bien, a veces, las palabras soplan y el viento va allá donde las palabras lo manden." Sagaz y certero final de esta fábula de Hontoria que ofrezco recortada.

El sentido disidente de la fábula lleva título de ensayo, pero se trata de una suerte de textos para los que no acabo de encontrar nombre apropiado. Fábula es el que mejor acierta a elegir Alberto Hontoria Maceín, a la que en voz propia considera un artefacto literario de disensión y lucha. No será el único momento éste que traiga aquí un comentario. Es abundante en temas y rico en matices. Aún lo estoy leyendo y fabulizándome gozosamente. 














Fotografía de Boris Ignatovich