17.1.14

Un poema ácido de Blanca Varela














La vida, esa carrera que se corre y muchas veces se pierde (en vida) Pero, ¿debe vivirse para competir? No sé si ése es el mejor camino para llegar a una meta inexistente. Haya codazos o apresuramientos o sendas equívocas la percepción de lograr algo es ilusoria. Y el fin, siempre relativo. Ganar una carrera parcial para meternos en otra, ¿gratifica nuestra conciencia o es el triunfo de la inercia que nos lleva? Temer la inercia, pues resulta difícil controlar el curso de los torrentes. El riesgo de sentirnos desalojados de un cauce, sin comerlo ni beberlo, nos hará encallar de mala manera en ribazos llenos de maleza, cuando no de agua putrefacta. Pero eso es vivir, también saber. Aunque nos insatisfaga. Blanca Varela y su poema Curriculum vitae, de ácida y sufridora realidad:

"digamos que ganaste la carrera
y que el premio
era otra carrera
que no bebiste el vino de la victoria
sino tu propia sal
que jamás escuchaste vítores
sino ladridos de perros
y que tu sombra
tu propia sombra
fue tu única
y desleal competidora."