5.7.21

Frances Cornadó, una lección de lógica y de ética para nuestros días

 


Francesc Cornadó, poeta, pensante y hombre cabal: 



"...Yo doy una importancia capital al esfuerzo personal: estudios, responsabilidad en el trabajo, seriedad comercial…, no me cabe en la cabeza la actitud de muchos que piensan que vendrá otro a solucionarles la papeleta, ni el prójimo ni el estado, y si esto ocurre, habrá de saber que la libertad individual disminuye hasta llegar a la nada. 

De jóvenes queremos transformar el mundo, faltaría más, y nos creemos muchas de las consignas progresistas. Creemos que la igualdad de oportunidades es indispensable para que todo funcione, sí, absolutamente sí, pero después nos decepcionamos cuando vemos que la igualdad de oportunidades no es lo mismo que la igualdad de facilidades, ya sea para acceder a una determinada posición profesional o ya sea para llegar a tener una consideración social. Los apellidos cuentan y facilitan, menos que en otras épocas, pero aún cuenta el origen familiar.

El acceso universal a la educación es una condición indispensable para que mujeres y hombres alcancen la dignidad debida. La educación tiene que ser IGUAL para todos, con independencia de su raza, de su sexo o de su lengua. Sin educación no se llega a ningún sitio. Desgraciadas son las sociedades cuyos individuos no tienen acceso a la Educación. Y desgraciados y “criminales” son los que teniendo acceso a la Educación la desaprovechan y con su actitud despilfarran los recursos que la sociedad ha puesto a su alcance. Dicho esto, creo que la falta de aplicación escolar debería ser rechazada con toda contundencia. 

Condeno la falta de atención y de aplicación en los estudios, y apoyo a todos aquellos que aprovechan sus conocimientos para el desarrollo de una determinada actividad económica, profesional o de servicio social. 

Hay que apoyar al que trabaja, al responsable, al que cumple con sus obligaciones profesionales y sociales, y condenar, al corrupto, al tramposo, al irresponsable, al que hace su trabajo con desidia y a todos aquellos que creen que han venido a este mundo a pasar unas vacaciones esperando que otros “pringaos” les paguen sus caprichitos. 

Valoro todos los trabajos, no solo aquellas profesiones de carreras universitarias. Como experiencia profesional te digo que un arquitecto no sería nada sin unos buenos delineantes y unos buenos constructores –albañiles, instaladores, carpinteros…–. Todos son importantísimos para lograr que la sociedad funcione y que la producción sea de calidad.

Hablo por experiencia, soy muy crítico con los malos estudiantes, creo que hay que suspender al que no sabe, al que copia, al que incordia en clase y al que se apoya en el trabajo de los demás. No hay que pasarles una. Un buen suspenso es más aleccionador que una postura blandengue dispuesta a aprobar a todo inútil protestón. 

Esta postura mía, en la que creo que coincidimos, no es a mi entender una consideración política, ni de izquierdas ni de derechas, creo que es una cuestión de sentido común y de responsabilidad para que la sociedad avance. 

Si los políticos de mi región o los de cualquier otra no lo entienden, habré de concluir que ellos eran unos de aquellos alumnos mal aplicados y que incordiaban en clase. Ahora son “incordiantes” en los parlamentos y con su irresponsabilidad aprueban leyes. 

La Enciclopedia ha sido vilipendiada, la Iglesia y el poder “casposo” se ha opuesto a las ideas ilustradas. La razón rechazada, a ella anteponían cosas tan “chuscas” como los valores patrios o la hidalguía. Aún perdura una cierta irracionalidad. El pensamiento científico no acaba de cuajar, se valora la “inteligencia emocional”, hay un auge de lo esotérico y de las supersticiones. Se da demasiado valor al argumento de autoridad y a la opinión hueca cargada de palabrería."


Me parece tan completa la argumentación -por supuesto siempre relativa y sometida a ser cuestionada- que no encuentro nada que aportar a primera vista. Simplemente corto y pego. No tiene pérdida. Viene en: