3.7.13

O'Neill sabía














Un personaje de El repartidor de hielo, de Eugene O'Neill, dice en un momento de la obra: "Para qué queremos la verdad, para eso está la historia". Los acontecimientos  -principalmente trágicos-  que viven los hombres pesan sobre estos como castigo, pero escasamente como expiación. Para que la expiación sea posible hay que tener voluntad de conocer la verdad. No hay otra purificación, con efectos prácticos, que no sea conocer y, sobre todo, reconocer la verdad. Desgraciadamente, solo sigue funcionando una coartada  - probablemente burda-  llamada Historia.