29.7.15

El gran descubrimiento de Jep Gambardella















Jep Gambardella en La grande bellezza: "Lo más importante que descubrí, pocos días después de cumplir sesenta y cinco años, es que ya no puedo perder el tiempo haciendo cosas que no quiero hacer." No nos ciñamos a la película ni al personaje de vita dolce e piacevole. ¿No es una reflexión que uno ha podido hacerse en diversas ocasiones de la vida? Sólo un cierto cansancio de la edad avanzada urge a deshacer, a rehuir, a no sentirnos obligados. ¿Quién se apunta a ser consecuente?


Fotograma del film La grande bellezza

23.7.15

El rapsoda sabio de Adonis















Pensamiento del poeta sirio Adonis -pensamiento poético-  para tiempos veloces conque comienza El libro :

"...añadió el rapsoda:
No sabemos quiénes somos
ahora, ni quiénes seremos,
si no conocemos quiénes hemos sido."

¿Tanto condiciona el pasado? Con frecuencia hacemos tabla rasa del mismo, cometiendo el error de degustar el recuerdo de lo que fue positivo y bueno y de olvidar lo que nos pareció desafortunado. Probablemente tanto una experiencia como otra las hemos digerido siempre mal, o no las hemos digerido. Digerir es una función posterior a lo vivido que implica una asimilación consecuente, un aporte de conocimiento y valoración. Pero vivimos a saltos y no ya el cuerpo-mente individual, sino también el colectivo, pierde sus referencias anteriores malviviendo el presente y soñando un futuro que nunca se toca. Del curso individual de las cosas es responsable (o irresponsable) uno mismo. Del transcurso colectivo, también llamado social, lo somos todos y, por cierto, con bastante despreocupación. No entender el pasado siempre nos deja flacos. Cuando hay que tomar decisiones importantes pesa más la oleada de la moda líquida que el ahondamiento. Así nos va.



1.7.15

Una letras de Francisco de Quevedo Villegas






















No he de callar por más que con el dedo, 
ya tocando la boca o ya la frente, 
silencio avises o amenaces miedo.

Gracias por tus palabras satíricas y censorias que sobrevuelan casi cuatrocientos años de retorcida historia, Don Francisco. Un consuelo. Mas no nos curamos de aquellos males de antaño que siguen siendo de hogaño.