11.2.16

Un poema a la madre, de Juan E. González





















No todos los días se leen poemas en cuya lectura se nos mece. Movimiento dual y alterno que va del acogimiento al abandono, de la tenencia a la pérdida, de la vida a la muerte. También de la ternura recibida a aquella otra que cada uno de nosotros, a su vez, debemos engendrar. De las imágenes casi olvidadas a la memoria activa donde asirnos. La edad es lo que tiene. Nos hace recuperar sensaciones y emociones. Y eso otro profundo que se mueve con lenguajes muy personales dentro de nosotros, el reconocimiento de una forma específica de amor que nos ha marcado. No estés triste ahora/ que miras el mundo por mis ojos, le dice Juan E. González, poeta de Tucumán, a su madre ausente. El poema de Juan, fallecido a finales de diciembre pasado, aparece en su poemario El grito en el cielo, publicado por Ayuso en 1983.



"De pronto un viaje hojas un viento frío
sobre mi cara sobre la materia inútil
de ciertos días hundidos
entonces vuelves a mí
pan sobre la mesa
varilla dulce/golpe mío
palabra puente en medio de la noche

aparecida
en las mañanas de leche
con tu vestido gastado y lejano
violeta sin sol cómo dónde tus manos
pastora de mis árboles
madre en pena mira por mis ojos
el mundo

hoy hubo sol/mirarás el comienzo
del otoño
pedirás una manta
no vayas a tener una recaída
tu sillón está ahí/yo no quiero verlo
nadie lo toca
has cloqueado con furia
por las ausencias

llamabas
querías pintar la pared
tus mejillas o
ese jardín morado de tus dedos
eras el umbral donde
muchas veces temblaban mis piernas
y no llegaba nunca

no estés triste ahora
que miras el mundo por mis ojos
ahora que llueve
a mares en tus jarrones."