30.6.13

Inspiraciones














Mientras limpio la casa, hago paradas (el suelo que se seca) Y mientras me paro me aburro si no activo: leo a Miguel Espinosa, un párrafo, unas líneas que vienen al pelo: “Para el que siente expectación, ningún momento está vacío, sino todos llenos, porque suceder es acaecer, y el tiempo, un conjunto de acontecimientos". Como si hubiera dado en la diana de mi propio ser. De la curiosidad infantil a la expectación de la madurez: la misma línea continua que hay que seguir fecundando. Por inercia, por instinto: por sentido, en fin. Sigue Espinosa: "Acaece el río, la planta, la hormiga, la nube, el sol, las estrellas y el pensamiento. El hombre poseído y predispuesto por la expectación es un ser inspirado. Lo que muchos llaman inspiración no es otra cosa que una predisposición del ánimo hacia el suceso vivo del mundo". ¿Acierta el filósofo? Y nosotros, hasta ahora, pensando en el mito de la musa o en la iluminación divina (o fingiendo que pensábamos) 

Libro de mesilla el Asclepios, de Miguel Espinosa: uno de esos libros que siempre hay que tener a mano, más que el reloj. Dan las horas de un tiempo menos efímero y más puntual. Libros a los que se recurre de improviso para aplacar fantasmas, desviar pensamientos nefastos o iluminar ideas que surgen en las interrupciones de la duermevela (o fuera de ella) La mesilla crece. Si lo hace en demasía ya no es mesilla, sino otra cosa.


29.6.13

Una cita, un poeta por descubrir















Leído en un correo personal, tras el cual se encuentra alguien que no ve todos los días el amanecer con el mismo sol. Digo una perogrullada, porque sabido es que ya no tenemos edad nadie de ignorar con soberbia la luz que nos ilumina cada día, sea cual sea su intensidad. Pero sé por qué lo digo. Los cuerpos  -receptores de luz, entre otras dádivas de la naturaleza y de la vida- van entrando en pulsos de maltrato y disfunción. Remata, pues, el texto: "porque como dice el poeta Michael Hofman en unos versos no me di cuenta de que estar en cualquier lugar sobre la superficie de la tierra es sangrar". La utilización de una cita como sustitución de un pensamiento propio  -tal vez porque nos parece que es más expresiva o porque lo dice de mejor manera- es un ejercicio que practicamos todos con cierta frecuencia. No se me ocurre una respuesta liviana al correo, a la persona que me lo dirige. Solo añado con escepticismo animoso: "Sintamos fluir la sangre dentro de nosotros. No pensemos en la sangría. Al menos no antes de tiempo". De pronto pienso que no he leído nada de Michael Hofman, 57 años; que nadie me había hablado de él. Un cita de desahogo para quien la emite: provechosa para quien la recibe.


27.6.13

Simbiosis de la poesía, por Zagajewski














"La poesía y la duda se necesitan recíprocamente, coexisten como el roble y la hiedra, el perro y el gato". Adam Zagajewski. ¿Una de las simbiosis más nutrientes que ha proporcionado la naturaleza? Estremecimiento que me asalta: si la poesía fuera ante todo duda, yo entero sería poesía. Más: "Pero su unión no es ni armónica ni simétrica. La poesía necesita la duda mucho más que la duda a la poesía. Gracias a la duda la poesía se purifica de la insinceridad retórica, de la palabrería, de la falsedad, de la logorrea juvenil y de la euforia vacía (que no de la verdadera)". Bien: la duda limpia la casa, ventila la casa, reordena la casa, ocupa la casa. Inquilina saludable, tras su paso un poema, una obra poética, no solo es otro espacio sino principalmente otra vida.


26.6.13

Traducción, prostitución...














Miguel Sáenz, traductor, en su discurso de ingreso en la RAE el pasado día 23: "...Es difícil decir nada nuevo sobre la traducción. Se ha dicho de ella (sin distinguirla de la interpretación de lenguas) que es, con la prostitución, la profesión más antigua del mundo, aunque está peor pagada. E incluso ha habido quien ha afirmado que traducción y prostitución son una misma cosa, porque consisten en definitiva en hacer por dinero lo que se debiera hacer por amor". Chusco. Al menos no se escucha el tan manido traductor / traidor y en su erudito discurso Sáenz habla de más cosas. 

Si se considera que cualquier trabajo es una forma de prostitución -puedo parecer maximalista, pero ahí están los hechos- puesto que se vende la fuerza de trabajo, la capacidad intelectual y física y el tiempo personal a cambio de un salario -¿no es todo eso el cuerpo de uno mismo?- y dando por hecho que el tópico del amor al trabajo suele quedarnos lejos a todos antes o después, no resulta descabellado lo que trae a colación Miguel Sáenz. El traductor que tanto ha leído, traducido y reescrito recaba con gracejo y como si no fuera de su cosecha lo que muchos piensan pero nadie se atreve a decir. Este tipo de opiniones se exponen siempre en un lenguaje de supuestos, en un contexto de ironías. Las metáforas son hermosas mientras son metáforas. Traerlas más acá no gusta a nadie. Decididamente, soy un maximalista, incluso tras cuarenta años de vida laboral en que he visto a gente vender su primogenitura por el plato de lentejas. Otra imagen metafórica. ¿Menos real?


25.6.13

Lo ya perdido

















Qué sonido de las profundidades emana desde estos versos de Tomás Segovia (Anagnórisis):

"...desde el principio fuiste
                                       Amor
                                                lo ya perdido
desde el comienzo ya no estaba en la casa mi casa
ni en la tierra mi tierra ni el amor en mi amor
la memoria estuvo siempre en otra parte
y de círculo en círculo todo fue exilio
pero me muevo aún entre la niebla muda
madriguera sin muros cuerpo viable
¿no podré salir nunca a verte el rostro
dentro infinito  
                    entraña sin salida
                                             niebla?"


Parece que estuviera viendo a Ulises dando zarpazos por el Laberinto. Ah, ¿que Ulises fue aquel viajero marino del ansiado retorno? Excusas. ¿Qué otra cosa, si no, fue su navegación, sino laberíntica? ¿Sirvió, al menos, para reencontrarse consigo mismo? Anagnórisis.


23.6.13

El reconocimiento en Tomás Segovia



















Vadear entre pasillos y anaqueles de una librería de viejo. Combate con los ácaros y con los ácidos que se han apropiado del papel. Nada de lo que allí reposa me es indiferente, pero siempre hay que elegir. Compro el libro  -ni barato ni caro-  de Tomás Segovia porque apenas tenía un par de poemarios suyos. También por el precio. Pero principalmente me lo llevo por una razón que no debería revelar si tuviera pudor: por el título. Acaso solo lo he adquirido por ese vocablo que me suena excelso. No es frecuente que tal término literario aparezca en comentarios críticos ordinarios. Menos en una conversación habitual. Repito una y otra vez su nombre sonoro: Anagnórisis. Que un poema largo  -una colección de ellos-  lleve ese sustantivo de claras resonancias del teatro clásico griego promete. Me intriga saber qué hay en un poema de reconocimiento, de descubrimiento, de reencuentro entre personajes. ¿Será sobre todo el cara a cara con el otro yo lo que se oculta? En ese sentido, todos los libros de poemas deberían llamarse Anagnórisis. 


22.6.13

Ingratitud













Tucídides narra: "Los lacedemonios anunciaron que los ilotas tenían que escoger entre sus filas a aquellos que se hubieran distinguido en la guerra para darles la libertad. Seleccionaron en torno a dos mil, que acudieron con guirnaldas a los templos, como si ya fueran libres. Pero poco después los lacedemonios los mataron a todos, a escondidas". Una historia de uso y abuso de mano de obra. La ingratitud de los contratantes o, mejor dicho, de sus amos. Tal vez no es una historia tan antigua y a sus máscaras se les apliquen en nuestros días nombres más modernos.





21.6.13

Traumnovelle





"- ¿Qué vamos a hacer, Albertine?
Ella sonrió y, tras una breve vacilación, repuso:
 - Dar gracias al Destino, creo, por haber salido tan bien librados de todas esas aventuras...de las reales y de las soñadas.
 - ¿Estás segura?  -le preguntó él.
 - Tan segura que sospecho que la realidad de una noche, incluso la de toda una vida humana, no significa también su verdad más profunda.
 - Y que ningún sueño  -suspiró él suavemente-  es totalmente un sueño."


Sigamos creyendo que nuestros relatos vividos son soñados, y que nuestros relatos soñados son vividos. Arthur Schnitzler nos lo viene a invocar en su novelita Relato soñado (Traumnovelle). No me basta aquello de que un sueño lleva a otro sueño y una realidad a otra realidad. Lo que vivimos es siempre un apareamiento.


20.6.13

La ceguera de la felicidad





Mi amiga Berta Z. se está quitando objetos de en medio porque anda a dos velas. Entre ellos, naturalmente, hay libros. Me pasa, por si me interesa, uno de Pascal Bruckner y abro al azar una página: "Terrible ceguera la de la felicidad, que solo ve en todas partes su propio reflejo y que aspira a convertirse en la única historia posible". La historia de un mito, cuyo desarrollo es sobre todo moderno. O cuando los hombres se obstinan en vincular felicidad a abundancia. Empeño obsesivo en materializar su ceguera. Parábola de los felices: si un feliz guía a otro feliz...(¿en qué agujero no caerán en masa?, dice una voz en off)


19.6.13

Neologismos bienvenidos














De momento es un neologismo que un especialista en envejecimiento de la OMS, un tal Alexandre Kalache,  suelta en una entrevista. "Gerontolescencia es una palabra rara pero también lo era hablar de adolescencia en los años cincuenta y sesenta porque la gente no estaba acostumbrada, y ahora es de lo más normal". Él viene a decir que hoy el envejecimiento a ciertas edades no excesivamente provectas no implica decrepitud y menos convertirse en alguien inservible. Es decir que se pueden tener muchos años y permanecer como individuo activo, con objetivos e ilusiones que justifican la existencia. Pienso que aunque el parecido semántico y el juego de cambios de ciclo vital no tenga una comparación obvia con el tránsito de la infancia a la madurez, puede ser una aproximación positiva para asumir ciclos de edad avanzada. Bienvenido, pues, el acierto semántico si viene a reforzar la fe en el propio individuo y a comprender y proteger, si no ampliar, las propias capacidades. Por cierto, los demógrafos van acuñando un pareado tipo: "Eternos no seremos, pero durar ya duraremos". ¿Quién lo verá?


18.6.13

Una capa de cebolla














Asalto al pensamiento le llamo. Otros dirían tentaciones. Plantearse el quitar una de las capas de la propia y arraigada educación sentimental que uno ha ido adquiriendo a lo largo de la vida: leer las noticias (antes se hubiera dicho leer el periódico, ahora las posibilidades de leer noticias por tantos medios se multiplican a la par que la improbabilidades de comprobación y por lo tanto de creérnoslas) Es tal la catarata de aparentes novedades que uno piensa que es imaginario todo lo que dicen. La palabra novedad o nueva o noticia debería modificarse por otra. Por ejemplo, por emergencia.En el sentido literal: lo que sale de debajo, lo que ya se producía pero de lo que no se hablaba (porque no conviniera o no se supiera) El descrédito del término noticia no reside tanto en ese flujo de relatos de acontecimientos, más o menos citados de paso y a todas horas, como en la morbosidad inherente (necesaria para el producto de la empresa periodística o mediática) Un descrédito solo para los escépticos o los que se siguen quitando capas de cebolla de su mente, pues la mayoría de los receptores siguen anhelándolas. El grado morboso aumenta si además de la noticia en su estado elemental, por lo tanto equívoca, se le añade una interpretación ocasional de ciertos sabelotodo de las ondas cuyo resultado es la morbidez.  


17.6.13

El tiempo irregular














Jorge Molder, artista de la fotografía: "En la vida hay instantes tan instantáneos y decisivos como los súbitos vislumbres del amor y otros instantes tan desalentadores y lentos como la eternidad. Es esta irregularidad la que hace al tiempo interesante." Soberbia conclusión de quien aúna experiencia vivida y ojo clínico para la observación de esa experiencia. ¿Será la vida la constante caja mágica donde no importa tanto lo existente como la manera de captarla y las impresiones que obtenemos? El tiempo irregular aguza nuestros sentidos y nos sensibiliza. 


15.6.13

El párrafo completo




















Siento que he dejado coja la idea de Nizan y necesito poner todo el párrafo, toda la intención: "A los que hacen descubrimientos, a esos de los que se dice al repasar la historia de su existencia que no habían nacido para nada, hay que encontrarlos entre los hombre prudentes, sedentarios, que saben permanecer despiertos pacientemente, que permanecen largo tiempo en algún sitio y cazan con precaución: el auténtico es el que persevera en su juego, y no el que vuelve una carta una tarde en un juego de azar en el cual todo puede ser ganado de repente." Esto lo escribió Paul Nizan en 1932, y aparece en su libro Aden Arabia. Pero lo leo como si estuviera recién escrito, para el tiempo presente, y lo interpreto en todo su vigor. Cuidado, pienso, con los que se presenten de improviso a echar un órdago y nos vendan lo que se ha puesto encima de la mesa, la hacienda y con ella las vidas. Acaso ese jugador ya está actuando. 


La perseverancia de Nizan














En tiempos líquidos (Bauman dixit) no suelen escucharse con frecuencia voces cuya densidad contrastaría con la ligereza cotidiana. Pero hay que rescatarlas, aunque sean antiguas. Como esta de Paul Nizan: "Si queréis vivir tendréis que recuperar la perseverancia". Una propuesta que desarma a los soldados de fortuna que la sociedad latente, que no nutriente, eleva de rango en su fragilidad e inconsistencia.


14.6.13

De verdugos















El verdugo Amadeo se habría sobrecogido de escuchar a Jerry Givens, ejecutor de Virginia, USA: "Sé exactamente qué corriente necesita cada preso, según su estatura. Maté a sesenta y dos personas." Solo se me ocurre pensar en cuántas descargas o qué cantidad de voltaje precisaría ese tipo conmigo. Mas, sinceramente, no tengo baremo para hacer el cálculo. Y yo, ingenuo, manteniendo aún la antigua imagen de Isbert como prototipo del verdugo tradicional (español, eso sí, que ya lo hubo, y espérate no vaya a ser que algunos pretendan rescatarlo del pasado)


12.6.13

Bauman















"Hay que replantearse el concepto de felicidad, se lo digo totalmente en serio". Zygmunt Bauman hoy en El País. Ay de estos sabios que además son viejos. Luego deben saber dos veces. Parece que a estas alturas se cayeran del cielo. Me deja con la duda: ¿pero hubo alguna vez un concepto tangible de felicidad?



11.6.13

Amores no coincidentes














Narra Samuel Beckett en Murphy: "Así era el amor de Neary por Miss Dwyer, la cual amaba a un cierto tienente Elliman de la aviación, que amaba a una cierta Miss Farren de Ringsakiddy, que amaba al Padre Fitt de Ballinclashet, quien con todas sinceridad se veía forzado a admitir una cierta inclinación por una tal Mrs. West de Passage, que amaba a Neary". Cortocircuito llama a continuación uno de los personajes a esa rueda de amores no correspondidos. Yo pienso que si el amor fuera un hecho objetivo, y no un mero suceso casual, podría llamarse a esa sucesión de amores que no se encuentran entre sí algo tal como la concatenación del infortunio. Me recuerda a un juego infantil en que cada jugador pasa una prenda a otro y nadie se la queda hasta que...vuelve al primero que la puso en circulación. Los enamoramientos no coincidentes suelen deparar en ocasiones sorpresas. Basta con que uno ponga palos en las ruedas de la inercia y dicte otras reglas del juego.



9.6.13

Remedios para confortarse













"Viendo, pues, que, en efecto, no podía menearse, acordó de acogerse a su ordinario remedio, que era pensar en algún paso de sus libros..." Dice el autor paso en el sentido de pasaje. Pero un pasaje es también el paso (tránsito) de un autor con lo que cuenta o los pasos del lector al dejarse afectar por el texto. Milagro, o mejor, consecuencia de las palabras. Al valeroso caballero le acaban de dar una somanta de palos, se halla maltrecho y su remedio es nada menos que echar mano de algo leído. Remitirnos a la lectura como bálsamo de Fierabrás: eso sí que es un tratamiento sesudo para confortarse. Seguro que un lector extraordinariamente virulento como Don Quijote hallaría en una cita retenida motivo de confortación. Mente acogedora. Quien no se consuela es porque no quiere, parece decirnos Don Miguel con su ingeniosa modernidad.


8.6.13

Museografobias (1)














Antes iba mucho a los museos. Ahora apenas los pisa. Cuando lo hace mira de otra manera. Más calma, menos atosigadora. Tomar poco para llegar más. Ha comprendido que cada obra es un mundo con infinidad de dimensiones. No se trata de acaparar. Un museo solo es un almacén. La vida se encuentra en cada objeto expuesto. La vorágine antigua de visitante ya no le atrapa. ¿Le dice algo a estas alturas Stendhal y su pregonado mal pasajero?

7.6.13

Los visitantes de museos















En su libro De lo espiritual en el arte, Vasili Kandinsky habla de los visitantes de un museo, entre otras tantas cosas interesantes, y dice: "...Las personas llevan los catálogos en la mano y van de un lienzo a otro, los miran y leen los nombres. Luego se marchan tan pobres o tan ricas como entraron, y son absorbidas inmediatamente por sus intereses, que no tienen nada que ver con el arte. ¿Por qué vinieron? Cada cuadro encierra misteriosamente toda una vida, toda una vida con muchos sufrimientos, dudas, horas de entusiasmo y de luz". Unas reflexiones que Kandisnky escribió ¡en 1910! Precisamente esas observaciones me alcanzan de un tiempo a esta parte. Cuando visito un museo me hacen padecer. La velocidad a la que pasa el personal visitante ante las obras, la mayor parte de las veces de forma enmudecida si va en grupo, me desagrada y me apena.Cuando veo que alguien se para un rato ante un cuadro me gusta y le observo. He llegado incluso a dirigirme a esa persona, por simple curiosidad.


5.6.13

Kandinsky y la mística del arte












Kandinsky: "El artista debe ser ciego a las formas reconocidas o no reconocidas, sordo a las enseñanzas y los deseos de su tiempo. Sus ojos deben mirar hacia su vida interior y su oído prestar siempre atención a la necesidad interior. Entonces sabrá utilizar con la misma facilidad los medios permitidos y los prohibidos." He ahí pues, según el pintor y teórico ruso, la clave de la creación artística: la mística. El principio puede resultar válido incluso para los que no somos artistas. Pero quién sabe si obrando de tal modo no estamos transformando la materia más bruta, elemental y retorcida de todas: nuestro propio Yo. Puede que afrontar la tarea haga emerger el artista oculto que todos llevamos dentro.



1.6.13

Los prejuicios de las palabras
















"Así que en algunas ocasiones los periodistas transferimos nuestros prejuicios junto con la información que difundimos". Álex Grijelmo en un interesante artículo titulado Palabras con prejuicios, publicado hoy en El País. Demasiado corto se queda. Él sabe que los prejuicios se trasladan siempre, y no solo los prejuicios. Siempre hay en la escritura convencional del periodismo algún matiz, la dirección de un argumento, el desliz del tópico, la traición de la ideología. No obstante encuentro enjundiosas y dignas de tener en cuenta y aplicar sus recomendaciones. Los profesionales se tendrán que esforzar (si les dejan los propietarios de los medios) Y el lector deberá volverse más agudo y exigente.