30.10.23

Odiseo busca a su madre en el Hades, y nosotros en la memoria




Si hay una obra clásica donde se exponga con detalle el recorrido de la vida humana esa es Odisea, atribuída a Homero. De pronto, en una de esas lecturas al albur de la gran aventura -el nostós griego, que tanto significa viaje como retorno- me encuentro un texto que me da por vincular con la celebración cristiana de las próximas fechas. Se desarrolla en la visita a los infiernos, el Hades, para encontrarse Odiseo con su madre. Lejos del dramatismo y el convencionalismo que se impone por estos lares nuestros la reflexión de Odiseo es entrañable:

"...Yo entonces con un fervoroso anhelo quise abrazar el alma de mi madre difunta. Tres veces lo intenté, me impulsaba mi ánimo al abrazo, y tres veces entre mis brazos se esfumó semejante a una sombra o un sueño. La pena se me hacía más y más aguda dentro del corazón, y dirigiéndome a ella le dije palabras aladas:

'Madre mía, ¿por qué no aguardas cuando quiero abrazarte para que, aun en el Hades, te rodee con mis brazos y nos quedemos saciados ambos del frígido llanto? ¿O acaso es esto tan solo una imagen que la augusta Perséfone ha enviado, para que me lamente aún más entre gemidos?'

Así hablé, y al punto me contestó mi venerable madre:

'¡Ay de mí, hijo mío, el más atormentado de todos los mortales! En nada te presenta engaños Perséfone, hija de Zeus, sino que esa es la condición de los mortales, una vez que perecen. Pues los tendones no retienen más las carnes y los huesos, sino que el potente furor del fuego ardiente los deshace apenas el ánimo vital abandona los blancos huesos y el alma, volando como un ensueño, revolotea y se aleja. Pero apúrate en volver cuanto antes a la luz. Rememora muy bien todo esto para que más tarde se lo cuentes a tu esposa'. "

Mi interpretación es que el abrazo con los difuntos no son posibles ni recuperables, salvo en nuestra mente. Ahí se activan recuerdos, y apreciamos lo que fueron las personas perdidas y sus aportaciones. Los rituales tradicionales se acabaron transformando en un ejercicio convencional, repetitivo e incluso competitivo (entre familias o clanes) y ya no todos cumplen con su paseo por los cementerios con el ramo de flores. Personalmente, si me apetece voy a contemplar y acaso a meditar un rato ante la tumba de algunos de mis antepasados en cualquier época del año. Uno soltó lastre de la ideología católica hace tiempo y su idea barroca de la muerte, tan romantizada posteriormente, no le cala en absoluto. Con los muertos, y entiéndaseme la expresión, podemos hablar desde nuestra memoria cuando nos dé la gana. Día a día. Y ellos y nosotros tan felices. 

Nota bene. No hagamos de la vida en la superficie un inframundo antes de tiempo.



23.10.23

El sabio Edgar Morin sobre horrores y errores de las últimas agresiones en tierra de mitos

 



Edgar Morin, sabio por saber observar el mundo e interpretarlo, en su artículo de ayer en El País Horrores y errores en tierra de mitos

"El terrorismo de Hamás ha ocultado y oculta para muchos el terror de un Estado que ha tomado represalias contra dos millones de gazatíes por unos fanáticos despiadados, provocando 3.000 muertes. Y como ha anunciado Netanyahu, esto no es más que el principio. El odio no es nuevo, pero ahora se ha desatado por parte de unos y de otros. Engendra la locura de la culpabilidad colectiva del pueblo enemigo, que a su vez suscita las peores crueldades y masacres, incluso de mujeres, niños y ancianos". ¿No nos recuerdan los sucesos actuales aquellos episodios bíblicos que tan bien supieron hacer de las narraciones orales y su posterior literatura la base del poder de los fuertes? ¿No se tiene la impresión de seguir actualizándose viejas historias porque sigue habiendo detrás la apetencia de las grandes potencias que juegan en el tablero de la disputa la hegemonía hoy más global que jamás existió?

Erudito Motrin: "Del mismo modo que es necesario mantener vivo el recuerdo de los millones de víctimas del nazismo, este respetuoso recuerdo no puede justificar la dominación que Israel ejerce sobre el pueblo palestino, inocente de los crímenes de Auschwitz. ¿Debe ser la maldición de Auschwitz el privilegio que justifique cualquier represión israelí? La colonización de Cisjordania, iniciada en el mismo siglo de la descolonización en África y en Asia, se parece en muchos aspectos a aquellas en las que las revueltas y las represiones hicieron que proliferaran los asesinatos sangrientos de civiles tanto entre los opresores como entre los oprimidos. La diferencia radica no solo en la intensificación de la colonización, sino también en el conflicto original entre dos sacralizaciones antagónicas de Jerusalén y Palestina". Que el Estado de Israel de hoy es producto de la conveniencia de las potencias aliadas tras la Segunda Guerra Mundial no es un secreto para nadie. En este sentido, ¿pueden ir de rositas, o dicho de otro modo, pueden tener conciencia tranquila los grandes Estados vencedores de la contienda que buscaron una solución para unos a costa de una amplia población instalada desde hace siglos en el territorio que se adjudicó a los nuevos colonos de 1948? ¿O las potencias y todos estamos atrapados en el laberinto más explosivo que podemos imaginar?

El viejo Edgar Morin, 102 años a sus espaldas, sabe de que va la Historia. "Siglos de antijudaísmo cristiano, más tarde de antisemitismo racista, y tres años de exterminio nazi han alimentado el mito sionista del retorno a la patria original, pese a que la tierra de Canaán estuvo poblada durante siglos por árabes que se volvieron musulmanes o cristianos y que Palestina nunca fue una tierra sin pueblo que esperara a su pueblo sin tierra. Los historiadores israelíes coinciden en que la ubicación del templo de Salomón en el lugar en el que se alza la mezquita de Al Aqsa es una leyenda, que el mito es una realidad más fuerte que la realidad y que se ha expresado rei­teradamente la convicción de que Jerusalén es la capital única y eterna del Estado judío y de que Palestina es la patria eterna del pueblo judío. No menos mítico es el lugar sagrado de Al Aqsa desde donde, supuestamente, el Profeta subió al cielo para reunirse con Dios." Los mitos como excusa y escudo beneficiario de las eternas disputas. Por mucho que alardeen de sus creaciones culturales, probablemente las religiones monoteístas han alentado secularmente el conflicto, la violencia y la imposición del dominio. Siempre triunfantes allí donde han detentado poder omnímodo.

Recomiendo el artículo completo tomado de este medio, ya que El País no permite leer en abierto:








15.10.23

La soledad interior de los israelíes disidentes, en palabras de Muñoz Molina

 





"Defender los derechos de la población palestina desde el confort de una ciudad europea sin duda es meritorio, pero no muy arriesgado", escribe ayer en El País el autor Antonio Muñoz Molina. Me siento retratado, como creo que pasará con cualquier otro vecino mío. Continúa el escritor: "Hacerlo en Israel, bajo la amenaza permanente de un atentado o de un cohete venido del otro lado de una frontera siempre cercana, requiere un temple moral y físico del que no todos somos capaces". 

Muñoz Molina habla de la capacidad de juzgar los hechos y piensa sobre todo en los disidentes israelíes de un gobierno insensato y derechoso, con dirigentes corruptos, de ahí que precisa: "Los israelíes ilustrados, agudamente críticos con el poder, activistas del laicismo, sublevados contra las corruptelas, el oportunismo cínico, el extremismo del gobierno de Netanyahu, también se saben abandonados por una parte considerable de la izquierda internacional, encallada en la fidelidad a sus propios estereotipos y maniqueísmos, tan enfervorizada en la defensa de la causa palestina que confunde a veces a terroristas sanguinarios con luchadores por la libertad, y siente tanta compasión por las víctimas de las agresiones de Israel que ya no le queda ninguna para las otras víctimas israelíes que no son menos inocentes". 

La crítica a una izquierda cada vez menos aclarada por los cambios que operan en el planeta está clara. Pero Molina aún va más allá, para que entendamos un poco el sufrimiento interior de aquellos ciudadanos israelíes que no están con su gobierno. "La derecha sufre una miopía inversa. La melancolía incurable que transpiran los escritos políticos de David Grossman y de Shlomo Ben Ami tienen que ver con esa soledad interior y exterior a la que parecen destinados los ciudadanos israelíes que piensan como ellos". 

Ser disidente en Israel tiene que ser arriesgado y más a medida que la maquinaria del ejército arremeta en Gaza, con la secuela de destrucción y muerte que va a suponer. Supongo que el escritor abundará en el tema en próximas ocasiones.



8.10.23

Unamuno y Palabras para un fin del mundo, de Manuel Menchón

 


Escuchado en un documental el siguiente pensamiento de Miguel de Unamuno y Jugo: "A nadie, sujeto o partido, grupo o escuela, le reconozco la autenticidad y menos la exclusividad del patriotismo". 

Tal vez deberían pensar en ello los que creen aún en las grandes, medianas y pequeñas patrias, que probablemente todas ellas no pasan de mediocres. O los que levantan sus propios y endebles castillos en el aire. O los que se desgañitan con el complejo de que todo se rompe si su idea se rompe. Deberían dejar de meter ruido los vociferantes, los agitadores de banderas, los vendedores de humo y quienes hablando en nombre de todos los ciudadanos ocultan realmente su obsesiva creencia de que la propiedad del país es suya.

Recomendado: Palabras para un fin del mundo, de Manuel Menchón.

https://www.rtve.es/play/videos/documaster/palabras-fin-mundo-unamuno/5942546/













2.10.23

Cicerón reclama las virtudes para una grata vejez

 









"Armas totalmente adecuadas para la vejez, y en grado sumo, son el aprendizaje y práctica de las virtudes", escribe Marco Tulio Cicerón en su discurso Catón el Mayor: Sobre la vejez, y aquí y ahora nos quedamos pensando: ¿Qué fue de aquello de las virtudes? o ¿de qué hablamos cuando citamos la palabra virtud? Aun sonando el tema a antiguo y fenecido Cicerón sigue diciendo: "Cultivadas en todas las etapas de la vida, aunque se viva larga e intensamente, producen frutos maravillosos, no solo porque nunca nos abandonan, ni siquiera en el último tiempo de la existencia (aunque esto es en verdad lo más importante), sino también porque la conciencia de una vida bien conducida y el recuerdo de lo mucho que hemos hecho bien son algo sumamente grato". Sin duda, o al menos lo da a entender así, Cicerón se había trazado un camino moral que hoy día se nos muestra a los urgentes y atropellados humanos bastante poco claro. Pendientes como estamos de obtener salidas y satisfacciones cotidianas, o al menos evitar los lados oscuros y conflictivos, ¿hasta qué punto tenemos una línea de conducta luminosa y equilibrada que nos pueda seguir consolando en los años provectos? Ello nos llevaría a preguntarnos tanto interiormente...