1.5.13

Al vuelo



Dispuesta a iniciar el vuelo. Última mirada al pasado de su mente. Es lo que me sugería la fotografía adjunta al iniciar este blog de anotaciones. Nada entiendo de aviación, escasamente de guerras (qué suerte) y apenas repito acerca de la mente sino aquellos lugares comunes que se comentan por ahí. Sí descubro que la piloto de mirada perdida en no se sabe qué nubes se trata de Amy Johnson. Una pionera de la aviación de su Graciosa Majestad, que protagonizó el ránking de mujeres piloto y que con un desplazamiento desde la metrópoli hasta Australia de casi 18.000 kilómetros (debería haberlo dicho en millas) batió un record.

Amy Johnson también tuvo el honor de ser pionera de la muerte a los treinta y ocho años. Pero el honor de morir por su Graciosa Majestad en una guerra contra el feroz Teutón (ferocidad que la política del Foreign Office no mostró demasiado interés en detener a tiempo) era como una consagración. Puede que muchos darían lo que ella por estar algún día en los libros de texto o en internet, pero a mí me parece sumamente estúpido y más si se defienden causas ajenas. No sé si la mirada de inocencia de Amy se hubiera merecido otro destino. Al fin y al cabo, ese mirar todo y acaso a todos por encima de las circunstancias y de nuestra condición de metecos es la que la llevó en 1941 al Olimpo. Pero yo elijo esa suavidad de facciones de otro mundo para empezar estas letras.