9.6.13

Remedios para confortarse













"Viendo, pues, que, en efecto, no podía menearse, acordó de acogerse a su ordinario remedio, que era pensar en algún paso de sus libros..." Dice el autor paso en el sentido de pasaje. Pero un pasaje es también el paso (tránsito) de un autor con lo que cuenta o los pasos del lector al dejarse afectar por el texto. Milagro, o mejor, consecuencia de las palabras. Al valeroso caballero le acaban de dar una somanta de palos, se halla maltrecho y su remedio es nada menos que echar mano de algo leído. Remitirnos a la lectura como bálsamo de Fierabrás: eso sí que es un tratamiento sesudo para confortarse. Seguro que un lector extraordinariamente virulento como Don Quijote hallaría en una cita retenida motivo de confortación. Mente acogedora. Quien no se consuela es porque no quiere, parece decirnos Don Miguel con su ingeniosa modernidad.