16.7.21

¿Pero tú también has apagado la luz, Boltanski?

 



"Mi trauma es mi fecha de nacimiento. Nací justo al final de la Segunda Guerra Mundial y crecí escuchando a los amigos de mis padres, supervivientes del Holocausto, relatar sus tristes historias durante noches enteras. Desde bebé supe que el mundo es un lugar terrible y que todos íbamos a morir. El arte ha sido como un psicoanálisis muy lento a través del que ese trauma se me ha hecho un poco más llevadero". Christian Boltanski, en una entrevista en Babelia en 2020. 

Simplemente intento un homenaje de recuerdo a Christian Boltanski. Nunca olvidaré aquella exposición en el Reina Sofía sobre asesinos y víctimas en base a la idea proporcionada por un periódico ya desaparecido, El Caso, pero sumamente popular en décadas pasadas. En El Caso, especializado en crónica de sucesos, se recogía todo tipo de crímenes, atracos, fugas o incluso actos terroristas propios todos ellos de la idiosincrasia española. El semanario tenía un seguimiento fiel. Yo no era lector y a mi madre le repugnaba, pero era muy vendido. Que este semanario se nutría del morbo individual y social y su público probablemente no leía otro tipo de textos da idea del interés que siempre han suscitado en la historia de nuestro país los actos violentos. Y el modo descriptivo, de relato y con señas y detalles, imagino que una parte de ellos inventados, llegaba al público ávido del mal ajeno. El Caso tuvo sus decenios de gloria.




Boltanski, siempre receptivo a los temas de la vida y de la muerte, montó aquella exposición inspirada en El Caso, distribuida en varios compartimentos, si no me traiciona la lejana memoria, extrayendo infinidad de fotografías aparecidas en el semanario, pero estableciendo un juego en que el espectador no sabía muy bien en muchos casos quién era la víctima y quién el asesino. Las fotos estaban alumbradas tenuemente. Había otro ámbito en que solo se mostraba una acumulación ordenada de sábanas pero que a mí se me antojaban sudarios, o acaso jugaban el doble papel, y que remitían sin duda a la enfermedad, a la violencia de los campos de exterminio y al fin de la vida. Había otros compartimentos en la exposición, y pasar de un ámbito a otro resultaba extremadamente inquietante por no decir aterrador. Vagamente recuerdo que había pilas de latas o de cajas, con nombres como si se tratase de ficheros de difuntos. Pasar de una zona a otra de la exposición a mí me sugería un misterio laberíntico. No estoy seguro de si también había una música extraña de acompañamiento o un runrún y que convertían los espacios en algo más tétrico. Y yo, que no estaba acostumbrado a ver este tipo de montajes, quedé sobrecogido, fue una exposición que nunca pude olvidar. Y menos el nombre de Christian Boltanski.

Christian Boltanski, falleció el día 14 de julio, allons enfants de la patrie, en París, 76 años.





14.7.21

Abu Tammam ibn Rabah de Calatrava sobre los hombres mezquinos

 




Poeta andalusí Abu Tammam ibn Rabah de Calatrava sobre los hombres mezquinos:


"Los menos importantes de los hombres 
son, en su mayoría, corruptos, e incapaces 
de elevarse a las buenas acciones.
¿No ves una virtud oculta que nos cura
en las aves de presa, 
mientras nos hacen daño los mosquitos?


Mi asombro ante el punto de vista de un andalusí del siglo XI que acabo de descubrir. ¿No nos vienen al pensamiento y de frente las imágenes de numerosos personajes y personajillos que juegan a la partida del poder en nuestros días, sea cual sea su peldaño de la escala, si bien la mayoría no tratan más que de satisfacer sus egos y ambiciones? ¿De qué van los aprendices de brujo que se creen saberlo todo y apenas saben casi nada? ¿Dónde queda la humildad y la disculpa de todos los pringados e investigados, cuando no condenados, por la justicia, sean políticos, banqueros, funcionarios o futbolistas? 

No capto bien cuál será para el poeta andalusí la virtud oculta disponible en las aves de presa que cura a los hombres. Pero en nuestros días aves de presa y mosquitos parece estar aliados en aras de fines de los que ambos se benefician. Unos para alcanzar más altas cotas de poder y de riqueza. Otros para emular a aquellos, conformándose con las migajas que les dejen y que se las regatean al común de la ciudadanía. Aunque no creo que hacer de ave de presa o de mosquito sea propiedad exclusiva de cargos públicos. Cuántos de estas especies no pulularán en nuestras familias, entre compañeros de trabajo, entre vecinos, entre agentes gremiales.

En fin, un placer conocer el punto de vista de un paisano nuestro como Abu Tammam -recordemos que los andalusíes vivieron en territorios de lo que siglos más tarde se denominó España, luego podemos revindicar su memoria y sus aportaciones como las de los cristianos- pues cultivaron la poesía -como las ciencias, las técnicas, la organización social, las leyes, etc.- en tanto o mayor grado que los que les combatían desde los reinos cristianos. Y la poesía buena, ya se sabe, lleva consigo el filosofar, el sacar conclusiones constructivas, el comprobar empíricamente que las virtudes y defectos son compartidos por todo el género humano, sea cual sea su ubicación o imaginario.

Leer, recuperar la lectura, desconocida para gran parte de nuestros paisanos, de aquellos ancestros de la cultura andalusí supone una fuente cultural y literaria inagotable y gozosa. Lástima que los vencedores seculares, una vez más, aplastaran y ocultaran la sabiduría de sus otros paisanos. Pero hoy, gracias a trabajadas traducciones y empeños editoriales podemos recuperar. Vean, como ejemplo, la revitalización actual de la antigua Escuela de traductores de Toledo.




10.7.21

Aquel poema de las campanas de John Donne

 



Apasionante John Donne (Londres, 1572-1631):

"¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece? 
¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla? 
¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe? 
¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo? 
Ningún hombre es una isla entera por sí mismo. 
Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo. 
Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, 
como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. 
Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, 
porque me encuentro unido a toda la humanidad; 
por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti".

No somos islas y en nuestro principio llevamos implícito nuestro fin. Y el recorrido personal está condicionado por el recorrido de los otros. Por lo tanto el fin del otro y los límites de los territorios que habitamos son también los nuestros, aunque no nos demos cuenta o no queramos aceptarlo. ¿Cómo no reconocernos en los márgenes de las vidas de los demás? John Donne nos sugiere que prestemos atención. Doblen o no las campanas -símil antiguo, que los tiempos han cambiado símbolos y rituales- malo será que no entendamos que estamos más unidos que nunca al resto de los humanos. Pero entonces, ¿por qué tanta discordia? Los coronavirus lo han entendido mejor sin tener inteligencia humana. ¿O tendrán otra cuyas leyes solamente les incumbe a ellos? 



5.7.21

Frances Cornadó, una lección de lógica y de ética para nuestros días

 


Francesc Cornadó, poeta, pensante y hombre cabal: 



"...Yo doy una importancia capital al esfuerzo personal: estudios, responsabilidad en el trabajo, seriedad comercial…, no me cabe en la cabeza la actitud de muchos que piensan que vendrá otro a solucionarles la papeleta, ni el prójimo ni el estado, y si esto ocurre, habrá de saber que la libertad individual disminuye hasta llegar a la nada. 

De jóvenes queremos transformar el mundo, faltaría más, y nos creemos muchas de las consignas progresistas. Creemos que la igualdad de oportunidades es indispensable para que todo funcione, sí, absolutamente sí, pero después nos decepcionamos cuando vemos que la igualdad de oportunidades no es lo mismo que la igualdad de facilidades, ya sea para acceder a una determinada posición profesional o ya sea para llegar a tener una consideración social. Los apellidos cuentan y facilitan, menos que en otras épocas, pero aún cuenta el origen familiar.

El acceso universal a la educación es una condición indispensable para que mujeres y hombres alcancen la dignidad debida. La educación tiene que ser IGUAL para todos, con independencia de su raza, de su sexo o de su lengua. Sin educación no se llega a ningún sitio. Desgraciadas son las sociedades cuyos individuos no tienen acceso a la Educación. Y desgraciados y “criminales” son los que teniendo acceso a la Educación la desaprovechan y con su actitud despilfarran los recursos que la sociedad ha puesto a su alcance. Dicho esto, creo que la falta de aplicación escolar debería ser rechazada con toda contundencia. 

Condeno la falta de atención y de aplicación en los estudios, y apoyo a todos aquellos que aprovechan sus conocimientos para el desarrollo de una determinada actividad económica, profesional o de servicio social. 

Hay que apoyar al que trabaja, al responsable, al que cumple con sus obligaciones profesionales y sociales, y condenar, al corrupto, al tramposo, al irresponsable, al que hace su trabajo con desidia y a todos aquellos que creen que han venido a este mundo a pasar unas vacaciones esperando que otros “pringaos” les paguen sus caprichitos. 

Valoro todos los trabajos, no solo aquellas profesiones de carreras universitarias. Como experiencia profesional te digo que un arquitecto no sería nada sin unos buenos delineantes y unos buenos constructores –albañiles, instaladores, carpinteros…–. Todos son importantísimos para lograr que la sociedad funcione y que la producción sea de calidad.

Hablo por experiencia, soy muy crítico con los malos estudiantes, creo que hay que suspender al que no sabe, al que copia, al que incordia en clase y al que se apoya en el trabajo de los demás. No hay que pasarles una. Un buen suspenso es más aleccionador que una postura blandengue dispuesta a aprobar a todo inútil protestón. 

Esta postura mía, en la que creo que coincidimos, no es a mi entender una consideración política, ni de izquierdas ni de derechas, creo que es una cuestión de sentido común y de responsabilidad para que la sociedad avance. 

Si los políticos de mi región o los de cualquier otra no lo entienden, habré de concluir que ellos eran unos de aquellos alumnos mal aplicados y que incordiaban en clase. Ahora son “incordiantes” en los parlamentos y con su irresponsabilidad aprueban leyes. 

La Enciclopedia ha sido vilipendiada, la Iglesia y el poder “casposo” se ha opuesto a las ideas ilustradas. La razón rechazada, a ella anteponían cosas tan “chuscas” como los valores patrios o la hidalguía. Aún perdura una cierta irracionalidad. El pensamiento científico no acaba de cuajar, se valora la “inteligencia emocional”, hay un auge de lo esotérico y de las supersticiones. Se da demasiado valor al argumento de autoridad y a la opinión hueca cargada de palabrería."


Me parece tan completa la argumentación -por supuesto siempre relativa y sometida a ser cuestionada- que no encuentro nada que aportar a primera vista. Simplemente corto y pego. No tiene pérdida. Viene en: