20.10.13

La espera de los libros

















"Qué manera tan rara tienen a veces los libros de llegar a nosotros", exclama Antonio Muñoz Molina en su artículo semanal de Babelia. Sí, los caminos de los libros son como los de la divinidad, un tanto secretos e intrincados. Y sobre todo muy personales, como si su espera preservara una sorpresa que nos tienen reservada a cada ansioso lector. "Parece que nos esperan sin prisa, como concediéndonos el tiempo que nosotros mismos no sabemos que necesitamos", apostilla el escritor. Ellos tienen todo el tiempo  -si una mano incendiaria de esas que aparecen en la historia de vez en cuando no lo impide-  y nosotros no. Pero ese tiempo de permanencia fiel de los libros, pendientes de que nosotros lleguemos, ¿supone también que se nos tiene reservado el tempo de lectura justo y adecuado? Leer siempre es una prueba. Su disfrute, la clave. ¿Quién no se ha dicho a sí mismo mientras leía un libro-descubrimiento aquello de cómo no lo he leído antes? El azar y su juego de esperas invisibles. El hombre que nunca es el mismo ni antes ni después.




Pintura de Balbi López Santos