"¿Acaso el corazón es solo un trozo de carne asustada?", se pregunta el poeta Ósip Mandelstam. Que la ruidosa turbulencia del músculo se convierta tantas veces en pálpito nos habla de la particular e inquieta energía de la que está dotado. Pero, ¿por qué se lo preguntaría Ósip Mandelstam?