23.2.14

Un escalofrío de Alejandra Pizarnik













Hay poemas que escalofrían:

"no
las palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia"

Quiero ser más moderado y pensar: acaso las palabras sustituyen al amor. O bien: tal vez las palabras compensan la ausencia. O más juegos, ahora interrogativos: ¿y si las palabras incentivan el amor? ¿y si escribir conjura ausencias? O modos imperativos: hágase el amor por la palabra, o bien: vade retro, ausencia. Pero cuando leo lo que viene después:

"si digo agua ¿beberé?
si digo pan ¿comeré?"

entonces la conciencia de una inevitable intemperie me ocupa (o desocupa) del todo. Por más que lo intentemos, no comemos la palabra pan ni bebemos la palabra agua. Y el hambre y la sed no se cubren con el ejercicio de una sintaxis. 


(Flaqueza mía esto de leer a Alejandra a la medianoche, su En esta noche, en este mundo