Escribimos día tras día en nuestros blogs...¿solo para afirmar ocurrencias o también para someter las ideas a la mezcla y la dispersión con las de otros? Si solo fuera lo primero, apenas ejercerían una pequeña tarea de notarios de nuestras vidas diminutas, aunque como terapia nos apacigüe. Si las dejamos volar para que sean consideradas por los demás -no importa tanto que nos las acepten como que se lean y se valoren- estaríamos produciendo una suerte de fecundación. Se pondría muy contento Walter Benjamin: "...Una verdadera actividad literaria no puede pretender desarrollarse dentro del marco reservado a la literatura: esto es más bien la expresión habitual de su infructuosidad." ¿Tan alejada vería Benjamin en su época la escritura de los hechos? "Para ser significativa, la eficacia literaria solo puede surgir del riguroso intercambio entre acción y escritura; ha de plasmar, a través de octavillas, folletos, artículos de revista y carteles publicitarios, las modestas formas que se corresponden mejor con su influencia en el seno de las comunidades activas que el pretencioso gesto universal del libro." ¿No es esto lo que hoy día los blogs, webs y otros recursos de la red informática proporcionan desde la dimensión individual o del pequeño grupo? Las palabras del malogrado filósofo alemán confirman hoy su tono clarividente y premonitorio. "Solo este lenguaje rápido y directo revela una eficacia operativa adecuada al momento actual. Las opiniones son al gigantesco aparato de la vida social lo que el aceite es a las máquinas." ¿Están abriendo los blogs y demás sistemas de redes una nueva etapa en que ya no son tanto las convicciones las que nos incitan a escribir como la vertiginosidad de los acontecimientos que vivimos?