"La sociedad se basa en la venganza." Eduardo Gil Bera en su sugerente y apasionante Historia de las malas ideas. ¿Demasiado radical y excesivamente reduccionista su interpretación de esa especie de génesis de las tribus humanas? Precisa: "Dondequiera y siempre, naciones, pueblos, tribus, imperios, religiones, culturas o clases se definen por el establecimiento de un espacio-tiempo donde aquélla, la innombrable, se regula y garantiza." ¿Pero no era la sed de venganza una manifestación instintiva del animal humano que parecía conjurada? ¿No es hoy día la venganza más una tendencia repentina del individuo que algo consolidado? Y sin embargo, cada día vemos nuevas manifestaciones o bien directas o bien con intermediarios de lo que nos pide el cuerpo. "Cada ámbito comunitario facilita e impone a sus socios los plazos, tasaciones y eufemismos para la venganza. De ese modo nacen, pululan y caducan las voces más famosas: justicia, derecho, castigo, paraíso, dios, trascendencia, revolución, fe, amor, arte, inmortalidad...Y todas significan lo mismo." Discutible, pero toda una invitación a pensar. Vistas las formas de desencuentro de que disponemos los humanos, creo que muchas veces ni siquiera todo lo inventado para apaciguar las iras y reconducirlas sirve. Y ese todo lo inventado y simulado ceremonialmente, y que los latinos antiguos llamaron vindicare, puede ser un arma de destrucción cuando deja de ser de persuasión. Ágil y nada desaprovechable Gil Bera, no apto para los que no se sientan tentados por la iconoclastia.