Un poema de Ida Vitale (Montevideo, 1923), tomado de su poemario Oidor andante, para la celebración del 8 de Marzo. Sea cual sea la motivación o el sentido que la poeta quisiera dar al poema -¿se trata solamente de un dibujo sobre las palabras?- me apetecía proyectar aquí otras sugerencias. Al fin y al cabo, el objeto de la literatura en general ¿no debe ser convertir en cómplice al lector y que él siga procreando pensamientos, anhelos y palabras?
LA PALABRA
Expectantes palabras,
fabulosas
en sí,
promesas
de sentidos posibles,
airosas,
aéreas,
airadas,
ariadnas.
Un
breve error
las vuelve
ornamentales.
Su
indescriptible exactitud
nos borra.