"El gran dramaturgo Eugène Ionesco decía que no es de soledad de lo que sufrimos, sino de falta de soledad". Lo dice el psicoanalista lacaniano Miquel Bassols en una entrevista interesante en El País Semanal. ¿Tan descaminados andamos cuando decimos de las cosas lo contrario de lo que son? Bassols: "El sentimiento de abandono que a veces llamamos soledad es en realidad encontrarse con la peor compañía en uno mismo". No nos aguantamos ni nosotros mismos, podría ser la traducción al vulgaris de aquella situación de desasosiego y desencuentro interior en que la respuesta más frecuente es huir hacia adelante o a la desesperada. Y donde solo cabe esperar el sonido de lo visceral y lo agresivo. ¿Miedo a la soledad? Miedo más bien a no comprendernos, a no descubrirnos, a no estar en paz con el otro que llevamos dentro. "El primer alien con el que nos tenemos que ver es nuestro propio inconsciente", matiza desde su propio terreno y lenguaje el psicoanalista.