Leila Alaoui, fotógrafa franco marroquí, en una entrevista en la publicación Urbain, de Tánger, hace casi dos años: "La estética en la imagen es muy importante para mí. Sin estética es difícil crear emoción. Las imágenes estéticas contienen siempre un mensaje más fuerte". Tal vez estética, emoción y a veces riesgo para percibirlas se hayan juntado para llevarse de este mundo a Leila.
Los energúmenos del fundamentalismo islámico acabaron hace unos días en el atentado de Burkina Fasso con su vida. Esta mujer, de 32 años, había realizado trabajos sobre los tipos humanos del Marruecos tradicional y profundo, pero también diversas series fotográficas y vídeos sobre las travesías de los subsaharianos, los refugiados sirios en Líbano, la huida de la juventud marroquí a Europa (curiosamente la serie de fotografías sobre este tema la titula No Pasara) o un original trabajo titulado L'île du diable, referido al desarraigo y las condiciones de vida de los trabajadores de las colonias que trabajaron en la isla Seguin, de París, donde estuvo instalada la fábrica de Renault Billancourt, y con muchos de los cuales, ahora jubilados, se entrevistó para conocer sus vivencias.
Tal parece que la mano del terror fanático, cuyos fines probablemente están muy pensados, quisiera acabar siempre con los mejores. Leila Alaoui fue una fotógrafa rompedora que, con la juventud y experiencia que aún poseía, nos habría dejado un trabajo riguroso y de gran nivel. En homenaje y reconocimiento a esta antropóloga de la imagen, como la denominó el periódico Urbain, dejo aquí algunas de sus fotografías.