28.12.16

El saber como alimento, versión del filósofo Ramón Andrés














Sabio Ramón Andrés, entrevistado en El País: "El saber, la búsqueda del conocimiento, por qué no concebirla como una forma de alimento, como una necesidad orgánica..." Reivindicación para una gran aportación íntima del ser humano. Indagar y descubrir para el propio placer, para percibirlo como nutriente de un ser. No solo se trata de saber más para transformar la materia. Incluso yo diría que si no se interpreta dentro de uno mismo lo que se investiga tampoco se goza. Y aunque muchos no lo perciban así, nos hacemos biológicamente tanto con el alimento intelectual, emocional y afectivo como con los alimentos de comer. Continúa el filósofo: "Por qué no masticar buena poesía, por qué no beber de la mejor música. En las buenas páginas hay auténticos graneros, cosechas que, bien cocinadas, salvan a la especie". Sólo un matiz: la salvación de la que habla Andrés es dinámica y en continuo cambio a su vez. Disfrutar de las diferentes expresiones del lenguaje  -artes plásticas, literatura, poesía, música, teatro, fotografía...-  son esa salvación alternativa que hay que alimentar constantemente. Alternativa al rodillo de una sociedad dirigida, empecinada en mantener subvalores, que ha sublimado el mercado hasta lo inconcebible, que no aporta por sí misma capacidad para encontrar significados y sentidos profundos dentro de uno mismo...si no hacemos el esfuerzo personal por aprovecharnos de las aportaciones materiales que diariamente se generan. "Estudiamos muchas lenguas pero olvidamos lenguajes", dice este nietscheano con causa que sabe que un conocimiento lleva a otro. Yo diría que en dos direcciones, en afirmar un hallazgo objetivamente nuevo y en la sensación íntima de goce que embarga al hombre limitado.