Hoy he estado practicando una de mis debilidades. Releer al azar algunos textos de Octavio Paz. Su visión siempre me ha parecido tan aguda como provechosa para mi yo receptor que entiende que la lectura siempre es una búsqueda. También una ratificación de un cierto o abundante interés por la vida. La cuestión que se le plantea a uno cuando vuelve a leer algunos escritos es que redescubre lo olvidado o levanta un nuevo conocimiento sobre lo ignorado. (Nerviosismo a continuación por no disponer de tiempo y capacidad suficiente para reincidir en los temas) El texto de Paz que he leído versa sobre el Cantar de los Cantares de Salomón. "La tradición judía y la cristiana han interpretado esos poemas -dice Paz- como una alegoría de las relaciones entre Jehová e Israel o entre Cristo y la Iglesia". Me hace pensar en el maniqueísmo y debilidad de la base ideológica de tales religiones. Al justificar el Cantar como una alegoría, ¿no están asumiendo tales ideólogos una dependencia de algo más tangible, expresivo, creador y gozoso que sus burdos presupuestos ideológicos? La excusa erótica puede estar dotada de mayor carácter de divinidad que las abstracciones conque justifican aquellas reformulaciones morales y de control social que luego imponen.