23.12.13

Adiós a Helena y Nausicaa















Me entero de que en una sola jornada se me han muerto Helena de Troya y Nausicaa, en apariencia tan distantes en tiempo, territorio y ficción. Ni el asedio de la ciudad de Ilión ni la navegación del viajero que busca retornar a Ítaca serían nada sin la participación determinante de la mujer. La narración consagra los acontecimientos. La literatura participa de la extensión de las historias míticas. Los mitos griegos, en los que los mortales van creciendo merced a la epopeya y el relato,  no dan abasto y concluyen que sus personajes también tienen que ser llevados algún día por la barca de Caronte. No obstante, consecuente con el papel poliédrico de muchos de sus protagonistas, la mitología, ya sea relato épico o de aventura, admite lo que la realidad de los mortales nos presentaría como improbable. Pero Helena (¿consintió su rapto por Paris?) y Nausicaa (¿hubiera querido hacer a Odiseo su marido?) se habían metamorfoseado hacía mucho en Rossana Podestà. Y ésta no iba a ser menos en seguir el curso de la laguna Estigia. Se fue el pasado 10 de diciembre.















La imagen superior es un fotograma de la película Ulises, 1954