8.11.13

Thomas Bernhard: la luz de la infancia




















Me sale casual al paso una de esas frases que tengo punteadas en la novela Helada, de Thomas Berhard. "Todas las infancias son iguales. Lo único que ocurre es que ésta aparece bajo una luz trivial; aquélla bajo una luz suave y aquella otra bajo una luz infernal." Destellos que señalan que las infancias no son tan iguales. El estado en cuanto tiempo es el mismo, pero ay de esas luces de las que habla con tanta luminosidad Bernhard. Definen y marcan. Permiten ver los pasos o quemarse en su intensidad. Tal vez la infancia no es ni inocencia ni maldad. Ni un estar siempre feliz ni el mundo a añorar rotundamente. La felicidad que se haya encontrado en la infancia es cosa de valorarlo cada cual. La añoranza de aquella época puede estar motivada más por las insuficiencias y frustraciones de la edad adulta. Las luces de la infancia: ¿se encienden con la misma claridad en tiempos de paz o en tiempos de guerra, por ejemplo? ¿En un medio con armonía o en uno conflictivo? Me quedo pensando qué luz alumbró mi niñez. El símil me atrapa.  




Ilustración de Carlos Giménez