En su libro De lo espiritual en el arte, Vasili Kandinsky habla de los visitantes de un museo, entre otras tantas cosas interesantes, y dice: "...Las personas llevan los catálogos en la mano y van de un lienzo a otro, los miran y leen los nombres. Luego se marchan tan pobres o tan ricas como entraron, y son absorbidas inmediatamente por sus intereses, que no tienen nada que ver con el arte. ¿Por qué vinieron? Cada cuadro encierra misteriosamente toda una vida, toda una vida con muchos sufrimientos, dudas, horas de entusiasmo y de luz". Unas reflexiones que Kandisnky escribió ¡en 1910! Precisamente esas observaciones me alcanzan de un tiempo a esta parte. Cuando visito un museo me hacen padecer. La velocidad a la que pasa el personal visitante ante las obras, la mayor parte de las veces de forma enmudecida si va en grupo, me desagrada y me apena.Cuando veo que alguien se para un rato ante un cuadro me gusta y le observo. He llegado incluso a dirigirme a esa persona, por simple curiosidad.