26.8.13

El hombre feliz de Russell














De tan pronunciado y deseado el término parece obsceno. Recurrente y obsesiva, la felicidad está en boca de todos y no hay duda que ha desplazado a toda clase de dios. ¿Se habrá convertido en una divinidad en sí misma? Bertrand Russell: "El hombre feliz es el que vive objetivamente, el que es libre en sus afectos y tiene amplios intereses, el que se asegura la felicidad por medio de esos intereses y afectos que, a su vez, le convierten a él en objeto del interés y el afecto de otros muchos". El hombre feliz: un intento, una aspiración , probablemente una entelequia. ¿Cómo el ser tan subjetivo del hombre puede vivir objetivamente? Insiste el filósofo inglés en su tratado La conquista de la felicidad: "Que otros te quieran es una causa importante de felicidad; pero el cariño no se concede a quien más lo pide. Hablando en general, recibe cariño el que lo da. Pero es inútil darlo de manera calculada, como quien presta dinero con interés, porque un afecto calculado no es auténtico, y el receptor no lo siente como tal". Y sin embargo el trueque, agazapado o explícito, se muestra en nuestras vidas. No estoy seguro que la felicidad no sea objeto de intercambio. Las maneras de obtener los seres humanos sus más elevadas o profundas aspiraciones, aparentemente desinteresadas y generosas, suelen seguir sendas intrincadas para lograr el reconocimiento y el sosiego interior.