15.3.21

Las preocupaciones del científico Luis Enjuanes

 


Para Luis Enjuanes, virólogo del Centro Nacional de Biotecnología, el virus de desafortunada moda "es malo, malo, malo". Matiza con la confianza que da el insistir en la investigación: "Pero lo vamos a vencer". Uno quiere escuchar palabras cuerdas, contundentes y capaces de generar esperanza como estas, pues desde su lugar de trabajo el equipo de Enjuanes trabaja para obtener una vacuna más completa que las actuales. Y es que el patógeno SARS CoV-2, dice Enjuanes en la entrevista aparecida en El País, "es un superestratega ambicioso que se ha pasado tres pueblos. Es pandémico, superpatógeno, causa hasta cincuenta patologías distintas, deja secuelas. Desafía a la humanidad, a la ciencia, a la política". 

Cuando uno se entera del trabajo de los investigadores del Centro no duda de que es cuestión de tiempo controlarlo y conjurarlo. Naturalmente, siempre que todo el mundo colabore y no se pongan palos en las ruedas. Porque intrusismo hay. Añade el científico: "Me preocupa el intrusismo de la política en la sanidad y en la ciencia. Que gente que no sabe lo que es un virus se ponga a hablar de epidemiología. Y luego están los políticos que creen que pueden tomar medidas incluso en contra de los expertos". Pero para el oportunismo al uso de responsables políticos de las comunidades autónomas, que son los que gestionan medidas y aplicaciones, dar prioridad a lo que dicen los que saben de verdad no es precisamente un norte. De esos políticos opina Luis Enjuanes: "Unos han estado a la altura y otros a la altura del betún. No citaré sitios concretos, pero hay presidentes o presidentas que creen saberlo todo y dictan lo que hay que hacer sin tener el mínimo pudor ni tener en cuenta los números de su comunidad. Es lamentable ver que lo justifican por la economía, cuando eso no va a arreglarse sin resolver el problema sanitario".  

Si alguien no lo tenía claro, he ahí el criterio de un investigador sensato. Implícitamente traza la línea entre hacer política en la buena dirección para la sociedad o hacer política para satisfacer los intereses de los grupos de presión, electoralistas o incluso espurios. Hay muchos más Enjuanes, por supuesto. Sobran demagogos y falsos profetas.



Fotografía tomada de El País