Ser contundentes ante ciertas dudas que intuimos trascendentes. Vergílio Ferreira: "Negar la razón de la vida es entregarla a la muerte". Entonces, ¿por qué se niega tanto la vida? ¿Por qué no somos capaces los humanos de atajar las hambrunas, las enfermedades, las guerras, las carencias...que son negadoras de vida? Ni siquiera tras preguntarnos sabemos obtener respuestas. Riesgos de vivir al día y muy de sálvese quien pueda. Dice el escritor luso: "Los valores pasan. Y las religiones. Y todos los complicados sistemas de reflexión madura. Y todo. El hombre se queda. ¿Cómo no fijar en él el absoluto de todo?". Desalojo, deconstrucción, desnudez. Las imágenes, en cualquiera de sus vertientes y corpus ideológicos, que se hagan a un lado. Queda el hombre materia. Pero, ojo, no eternidad. "Seguro que un día (el hombre) también morirá. Pero el antes o el después de él no existen. ¿Vale la pena hablar de eso? ¿Vale la pena insistir en el valor de la vida, que es la evidencia primera anterior a cualquier evidencia?". El aparente antropocentrismo de Ferreira no es trivial. Obviamente, hay más materia antes que el hombre y seguirá habiendo después de su desaparición. Ni siquiera el hombre ha sido el mismo (lo mismo) durante los miles de años en que ha estado haciéndose (y deshaciéndose) para devenir siempre en otro. Pero si reducimos la dimensión temporal del hombre, si pensamos solo en nosotros (¿acaso pensamos en algo más que nosotros o lo que está más allá nuestro no lo pensamos en función de nuestra existencia?) la percepción humana desprecia otras temporalidades. El hombre se explica o se desmarca del resto del universo en función de ser él mismo. Remata Vergílio Ferreira: "Deja que los demás discutan y se enreden con la angustia de llegar a la conclusión a la que tú ya llegaste cuando abriste los ojos sobre ti. Antes o después no hay nada. Y en el intervalo está todo. No hay ninguna razón que demuestre que el sol existe, excepto la existencia. Negar la razón a la vida es entregarla a la muerte. ¿Por qué cambiar eso? Mira el sol. Caliéntate. Estás bien."
No pude evitar la cita 148 entera de su libro Pensar. Da para pensar, y disculpas por la redundancia.
Fotografía superior de Brassai