John Gray, indagador del comportamiento humano: "La ciencia hace posible que los seres humanos satisfagan sus necesidades, pero no hace nada para que éstas cambien. Hoy en día no difieren en absoluto de lo que siempre han sido. Existe un progreso del conocimiento, pero no de la ética." Antes que los reyes del mambo que nos creemos ser somos sobre todo especie animal. Eso marca y no resuelve por sí mismo la esencia de los comportamientos instintivos y contradictorios que manifestamos. En el libro Perros de paja el autor citado abunda en su crítica al antropocentrismo y un párrafo me conmueve de modo especial y oportuno por su actualidad: "El crecimiento del saber es real y además -de no mediar una catástrofe mundial- actualmente irreversible. Las mejoras en el gobierno y en la sociedad no son menos reales, aunque, en este caso, no son irreversibles, sino temporales. No solo pueden perderse: se perderán con toda seguridad (esta cursiva es mía) El avance del conocimiento nos hace creer que somos diferentes del resto de los animales; ahora bien, nuestra historia nos enseña que no lo somos." ¿No parece que esté hablando no solo del hombre en general sino de lo que acontece aquí y ahora en el territorio que poblamos? El ensayo citado fue escrito en 2002 y sus aseveraciones tenían un carácter extensivo. Pero al leerlo ahora ¿no es para que nos sintamos aludidos ante los riesgos que nos conducen a un futuro incierto?