Leo a Paul Nizan en su libro Aden Arabia:
"A los que hacen descubrimientos, a esos de los que se dice al repasar la historia de su existencia que no habían nacido para nada, hay que encontrarlos entre los hombres prudentes, sedentarios, que saben permanecer despiertos pacientemente, que permanecen largo tiempo en algún sitio y cazan con precaución: el auténtico es el que persevera en su juego, y no el que vuelve una carta más tarde en un juego de azar en el cual todo puede ser ganado de repente. Si queréis vivir tendréis que recuperar la perseverancia. Queréis vivir y pasáis como pedazos de astros por vuestras noches. Necesitaréis estar atentos a vuestros días y a vuestras noches. Mientras dormís, todos los seres pueden morir. Mientras corréis, vosotros mismos podréis morir".
Y, sin embargo, me digo, cuánto jugador que se presenta de improviso hay en nuestros días. ¿Cree que si gana una partida lo habrá ganado todo? ¿Piensa que por hacer ostentación de sus habilidades realmente sabe? Muchos viven hoy sus días con urgencia, como si fueran por ello a dominar una parte del mundo. No dejan huella, tras su paso no se ve la aportación. Apenas queda de ellos una estela de barullo y un halo publicitario que enseguida será engullido por otro recién llegado. Son tiempos de oportunistas, maestrillos recién salidos del cascarón, profetas en tránsito. Son efímeros, desaparecerán como todos, y nos preguntaremos si de su presencia habrá permanecido alguna clase de sedimentación entre nosotros.
La fotografía de la parte superior es de Tina Modotti
En la fotografía inferior, Paul Nizan. Tours, 1905-Dunkerke, 1940.