Me sale al camino Epicuro a través del comentario de Nietzsche en El caminante y su sombra: "Epicuro, el sosegador de almas de la Antigüedad tardía, tuvo esa maravillosa comprensión que aún hoy en día sigue siendo tan raro encontrar: la de que para el apaciguamiento del ánimo no es en absoluto necesaria la solución de las cuestiones teóricas últimas y extremas." ¿Tal vez ya sabía el sabio griego que las ideas se convierten en corsés de los hombres en lugar de ser solamente luz que lleve a otra luz? El alemán: "Así, a aquellos a quienes atormentaba el 'temor de los dioses' le bastaba con decirles: 'Si hay dioses, de nosotros no se ocupan', en lugar de disputar infructuosamente y a distancia sobre la cuestión última de si había dioses en general." Entre el filósofo clásico y el filósofo contemporáneo ha debido haber muchos epicureístas del silencio o que han hablado transversalmente. Acaso gracias a ellos, entre otros, hemos descubierto la diferencia entre lo necesario y lo innecesario. Entre la capacidad interior de uno mismo y la venta del derecho de primogenitura de nuestro pensamiento a los fraudulentos.
Fotografía de Jorge Molder