21.8.14

El tiempo de la vida para Lee Miller















Fotógrafa Elizabeth Lee Miller en carta a su marido Roland Penrose: "Le sigo contando a todo el mundo que no he malgastado ni un minuto de mi vida: lo he pasado maravillosamente, pero sé, en el fondo de mí misma, que si tuviera que volver a vivir sería aún más libre con mis ideas, con mi cuerpo y con mis afectos". ¿Es la existencia un cómputo cualitativo y cuantitativo de experiencias? Una pregunta que no interesa tanto cuando alguien confiesa que la vida le ha dado frutos y ha sabido aprovechar y disfrutarlos. Ella, Lee Miller, marcada en la infancia por la agresión sexual, aparentemente superada, pudo llevar en cierto modo por siempre el estigma de la herida oculta, de la que nadie supo jamás. Su personalidad activa y de mujer libre empezó a manifestarse desde temprana edad haciendo más adelante profesión de fe de un vivir como quería, eso sí, beneficiada por su condición de niña burguesa. Dicen que la Segunda Guerra Mundial, donde trabajó como corresponsal, también le acercó a la profunda herida colectiva. De este modo habla la estatua en la película de Cocteau La sangre de un poeta, en la que ella tuvo una interpretación: "¿Crees que es tan sencillo deshacerse de una herida, cerrar la boca de una herida?" Difícil interpretar la conjugación de vida hedonista y aventurera con la percepción de las heridas ajenas, pero concluir como ella que si tuviera una nueva vida iría todavía más allá en la misma línea vivida me parece de una claridad casi voluptuosa, capaz de hacernos palidecer envidia a cualquiera. Dice Epicuro en una de sus Exhortaciones: "Una vida libre no puede llegar a poseer muchas riquezas, porque éstas no son fáciles de alcanzar sin servir a la multitud o a los poderosos, sino que es dueña ya de toda clase de bienes en permanente abundancia." ¿Habría llegado a conocer Lee Miller la mentalidad del filósofo griego? ¿Se reservaba Miller esta línea de conducta para una segunda vuelta, si ello fuera posible?



Fotografía de Lee Miller por Man Ray