“Quisiera ir más allá del lenguaje, dejarme llevar por una poesía en estado puro, una poesía creada por gestos y por los ritmos de la danza; es decir, por el ser en ebullición”, propone el escritor Le Clézio. Sin embargo, en la manera de expresarlo se ve que ya queda atrapado en las redes del lenguaje que se revela infinito. Más allá del lenguaje está el silencio. Cierto que hay otras expresiones inventadas desde muy antiguo, tales la gesticulación y la danza. Ellas también logran que nos traslademos por otros caminos a lo profundo de la materia. Pero estas otras expresiones son siempre complementarias con el lenguaje de la palabra activa. A ella se acercan y de ella se alejan para recomponer el retorno al estado bruto, físico, a veces impenetrable, de lo que aún no ha sido tratado. Creo en la pureza de lo bruto, de lo no contaminado, en el sentido de perseguir el hallazgo del propio estado natural de las expresiones humanas. Una constante búsqueda de quienes juegan y prospectan con las palabras. Y a las que. en ocasiones, hay que abandonar para escuchar nuestra propia ebullición sin intermediarios.