"El gran dramaturgo Eugène Ionesco decía que no es de soledad de lo que sufrimos, sino de falta de soledad". Lo dice el psicoanalista lacaniano Miquel Bassols en una entrevista interesante en El País Semanal. ¿Tan descaminados andamos cuando decimos de las cosas lo contrario de lo que son? Bassols: "El sentimiento de abandono que a veces llamamos soledad es en realidad encontrarse con la peor compañía en uno mismo". No nos aguantamos ni nosotros mismos, podría ser la traducción al vulgaris de aquella situación de desasosiego y desencuentro interior en que la respuesta más frecuente es huir hacia adelante o a la desesperada. Y donde solo cabe esperar el sonido de lo visceral y lo agresivo. ¿Miedo a la soledad? Miedo más bien a no comprendernos, a no descubrirnos, a no estar en paz con el otro que llevamos dentro. "El primer alien con el que nos tenemos que ver es nuestro propio inconsciente", matiza desde su propio terreno y lenguaje el psicoanalista.
26.3.16
23.3.16
Superar el horror
De la azora LXI, del Corán: "Dios ama a los que luchan en su senda, en línea de combate, cual si fuera un sólido edificio" (traducción de Juan Vernet) Con estos precedentes teóricos, donde la metáfora es un arma de dos filos con ambigüedad calculada y dogmática. Si se suman las situaciones sociales y políticas de sometimiento y agravio de amplios territorios de Asia y África. Si a mayores se tienen en cuenta los intereses enfrentados y abyectos de Estados que persiguen turbios fines de supremacía. Si el panorama se desborda con el fanatismo incubado por y para los malvados, ¿de qué nos extrañamos? Ciertamente, también la Biblia está cargada de citas belicosas, y bien que han sido utilizadas para una historia de la destrucción de vidas y pueblos. Pero la trayectoria histórica de los últimos años en Occidente las ha dejado al menos y de momento congeladas o, si se prefiere, desactivadas. En manos de todos, tirios y troyanos, de cualquier mentalidad o fantasías, está superar a los bárbaros en lugar de dejarse contagiar por ellos. Todo sea para que el dios del Horror sea superado por el Hombre cabal.
20.3.16
La alienación para Franco Berardi 'Bifo'
Filósofo Franco Berardi Bifo: “Hoy, el poder repite incansablemente que hay que relanzar (revitalizar) el crecimiento, aumentar el tiempo de trabajo, relanzar el consumo. Sin embargo, todo eso es imposible e insensato. El consumo no puede ser reactivado porque la gente no necesita más jerséis, ni más coches, ni más zapatos. Lo que necesita es más tiempo, más placer, más relaciones afectivas… He aquí la paradoja fundamental de nuestra época: la lógica del más contradice lo que podemos, lo que realmente necesitamos”. Pero nos seguimos llenando de zapatos, de coches, de jerséis, mientras carecemos de lo emocionalmente básico. ¿Quién pone el cascabel al gato de un sistema que se empeña en que compremos para producir más y obtener beneficios solo una minoría? ¿Cómo dar la espalda a esa herida sobre el hombre que es la carencia de amor, de creatividad, de diálogo, de tiempo para uno mismo? Ni el hombre es hombre ni es ciudadano, pues se le niega ser él mismo. Berardi: “La alienación no surge de la relación comunicativa, sino de una relación productiva basada en la hiperexplotación, el empobrecimiento psíquico, el aislamiento. Las tecnologías digitales son solo el soporte perfecto de esa alienación”. Con los medios hemos topado y en ello están los ojos y la mente -no solo los dedos- de un público nuevo que se toma la vida como espectador, jodido, eso sí, de un show.
12.3.16
Las soledades en Bleu, de Krzysztof Kieslowski
El personaje Julie de Courcy, en la película Bleu, de Krzysztof Kieślowski: "Ahora sé que solo haré una cosa. Nada. No quiero posesiones, ni recuerdos, ni amigos, ni ataduras. Son todo trampas". Supuración de una herida profunda. La historia del personaje principal es un relato de soledad, hija de la pérdida. Ella necesita desposeerse de todo y compensar así su pulsión. Contrasta con la actitud del resto de los personajes que aparecen en el film. En ellos laten soledades con otros rostros que buscan donde aferrarse: a la recomposición de una partitura, al placer del sexo y su exhibición, al limbo del extravío de la memoria, al hijo en ciernes del amante muerto, al crucifijo solitario en el caso de un circunstancial chico solitario de campo. Desde una historia central de soledad y dolor se abre el huerto de soledades donde cada cual, en mayor o menor medida, se sujeta a la tierra.
Recomiendo ver, por primera vez o repitiendo, la película. Kieslowski no fue un director cualquiera. Siempre se ve algo nuevo, dotado de una estética inusual y un desarrollo sin contemplaciones sentimentaloides.
9.3.16
El vicio de la traducción y otros consejos. Miguel Sáenz dice.
"La traducción es un vicio, una dependencia, una adicción". Confesión sincera de un traductor octogenario, Miguel Sáenz, que se las sabe todas, en la revista Letras libres."Quien admira una obra literaria extranjera o, peor aún, a su autor, se siente obligado a compartirlos, reescribiéndolos desaforadamente. Finge hacerlo para difundir la cultura y posa como benefactor de la humanidad, pero sabe que eso no es cierto. Si lo hace es porque no tiene más remedio que hacerlo". Siempre me he preguntado cuántas lecturas hará un traductor de una obra, qué empeño pondrá en conocer la lengua y la cultura que se le brinda, cuánta veracidad habrá en contenidos y en formas expresivas cuando queda adaptado el original a otra lengua.
Una vez escuché decir a Sáenz que un traductor escribe una nueva novela sobre la que pretende traducir. ¿Leemos a Günter Grass, por ejemplo, o leemos la reescritura Miguel Sáenz? Creo que no conviene tomarse al pie de la letra las propias dudas, por leer leamos del todo, y más si viene avalada por una calidad como la que impone Sáenz. Pero si somos quisquillosos o no da ya mucho de sí nuestro tiempo vital tengamos en consideración una magistral opinión suya: "Mi consejo sincero: no lean libros traducidos, ni siquiera los míos. Aprendan idiomas. En el peor de los casos, lean a Rulfo, a Borges y a Valle-Inclán y tendrán cubiertas por completo sus necesidades básicas. De verdad. Se lo dice un traductor experimentado".
Dichosos estos tiempos que vivimos que podemos escoger, sobre todo para los que crecimos en el desierto y no siempre supimos más tarde orientarnos bien.
7.3.16
Visita de Heráclito y Demócrito
De par de mañana un fragmento de Heráclito de Éfeso se escapa del libro: "No sería mejor para los hombres que aconteciese lo que desean". Mis secuaces humanos y yo mismo, obsesos por pseudoideas de realización personal, lo plantearíamos de este modo: ¿No sería mejor para los hombres que aconteciese lo que deseamos? Me hace pensar la diferencia entre la afirmación del filósofo oscuro (es un decir) y cualquiera de nosotros. Vivimos en un constante interrogante motivado por las aspiraciones de poseer, lograr, conquistar. Pero no por preguntarnos y enloquecernos en la carrera alcanzamos los objetivos que creemos serían beneficiosos para nosotros. Demócrito: "Cuantos mayores nuestros deseos, mayores también las carencias". ¿No está matando a los hombres de la sociedad de consumo desenfrenada el bucle en el que viven? Mientras la espiral y las diferencias entre quienes tienen, aun mínimos, y los desposeídos crece causando estragos en ambas partes. Demócrito y Heráclito, tan antagónicos en actitud sobre muchos temas, probablemente convergieran para sacarnos los colores a los habitantes de la presente civilización.
Cuadro de Rubens sobre Heráclito y Demócrito
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