De un informe secreto de la corte recibido por Felipe II sobre la extrema y precaria salud de su padre Carlos V en 1553:
"Segun la opinion de los medicos Su Magestad dize que tiene muy corta la vida, a causa de las grandes diversidades de enfermedades que le atormentan y afflizen, especialmente en el tiempo del ynvierno y cuando los frios son grandes. Y finge estar aliviado y mejor de su salud quando está mas falto della, por que la gota le m altrata y corre a menudo por todos los miembros y junturas y nervios de su cuerpo (...) y el catarro le molesta tanto que le llega a vezes a los postreros terminos, y quando lo tiene ny puede hablar, ni quando habla es oydo (...) y las emorroides se le hinchan y atormentan con tantos dolores que no se puede rodear syn gran sentimiento y lagrimas. Y estas cosas juntadas con las pasiones del espiritu que an sido muy grandes y ordinarias le an mudado la condicion y buena gracia que solia tener, y la afabilidad, y se le a todo convertido en tanto humor melanconico (sic) (...) . Y muchas vezes y ratos llorando tan de veras y con tanto derramamiento de lagrimas como sy fuera una criatura". (*)
Carlos V, a quien aún le quedaban cinco años de vida, ya se veía acuciado por los males del cuerpo además de por los múltiples males emanados de la política imperial y del difícil equilibrio entre potencias y territorios. Empezaba a dar vueltas a su posibilidad de abdicar en su hijo Felipe. La vida azarosa le pasaba factura. Mantener salud corporal y salud de dominio parecían haber ido de la mano, pero a la larga se lo iban a cobrar ambas. No deja de ser interesante, y cruda, esta descripción de algún alto funcionario de la corte. Los poderosos también tienen sus mermas. El emperador empezaba a estar desnudo.
El busto de un Carlos V juvenil, aquí adjunto, está en el Museo de Escultura de Valladolid. Aunque la fotografía es sombría se advierte el prognatismo propio de los Habsburgo, que también heredaron su hijo Felipe II y los posteriores sucesores de la Casa de los Austrias. El prognatismo es esa especie de deformidad facial en que la mandíbula sobresale hacia adelante por una descolocación de esta respecto al maxilar.
(*) La cita está tomada del libro Felipe de España, de Henry Kamen, editado por Siglo XXI.
Muy interesante,
ResponderEliminarA mí me supo así.
EliminarNo sabía nada. Como a Chordi, también me parece interesante.
ResponderEliminarSalut
Claro.
Eliminaramor dinero y salud
ResponderEliminarun brindis por vos bella mujer
perdon eres un hombre
Eliminarsaludos y abrazos
O un ángel epicúreo, jej.
EliminarLa Historia de España es apasionante. Especialmente la referida a esa época. Este dato no lo conocía. Gracias .
ResponderEliminarBesos.
Toda Historia es muy interesante. La española, por lo que nos toca y POR LO QUE DESCONOCEMOS POR NUESTRO PROPIO DESINTERÉS me parece más obligadamente necesaria de conocer.
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