Cuando las barbas de Juan de Mairena veas pelar..."De la vejez poco he de deciros, porque no creo haberla alcanzado todavía. Noto, sin embargo, que mi cuerpo se va poniendo en ridículo; y esto es la vejez para la mayoría de los hombres. Os confieso que no me hace maldita la gracia." ¿Opinaría lo mismo Antonio Machado de vivir en nuestros días? ¿O sucumbiría a toda la gama anti envejecimiento que nos venden? De entrada se estremecería ante el mercado abundante de productos para la supuesta conservación del cuerpo: gimnasios, tratamientos faciales, look de cabellera, reforzamientos musculares, cuidados contra la calvicie, dietas adecuadas (supuestamente), lifting llegado el caso, vestir más juvenil...Cierto que con estos tiempos de modas múltiples el efecto placebo al menos ya lo tienes asegurado una vez te pasan la visa, siquiera por una temporada. Pero, ¿desaparece también el efecto ridículo o solo se posterga? Claro que por mucho que tratase su apariencia, el irónico y realista Don Antonio se vería castigado en su físico por las inclemencias externas. Con la perspectiva del país que se repite en su propio bucle, el paisaje que se ofrece destrozado y el paisanaje que no acaba de modernizar la conciencia me temo que su frente se vería surcada por arrugas antes de tiempo. Seguiría pagando el precio de la dignidad frente a lo patético (esto en el peor sentido)
Hombre todo ayuda, lo difícil es articular dignidad con cuidado personal. Porque como el buen aspecto no salga de dentro los hombres podemos ser como poco aparentes, o si no patéticos. El Machado siempre tan ilustrativo como de ojo clínico.
ResponderEliminarLleno de arrugas se presentaría Don Antonio con tal de no caer en el culto al cuerpo de hoy en día. No era mucho de cultos, creo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que traspasas modas, cremas y arrugas con tus palabras, bellísimo´.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que es lo que le pasa a la sociedad en realidad , que siempre está buscando algún maquillaje. Un beso.
Creo que como hombre sensato que era no caería en las recetas milagrosas de juventud, pero haría lo que pudiera por retrasar esa etapa de la vida que desgraciadamente él no vivió.
ResponderEliminarCon TRACY. Comparto su opinión
ResponderEliminarSalut
El concepto del ridículo es muy relativo.
ResponderEliminar=)
El tiempo no puede con la edad interior... Y eso lo sabía Machado. Besos escritora y poeta.
ResponderEliminarSe es joven cuando se piensa joven, por lo que sólo envejece quien pierde esperanza.. un cuerpo vacío nunca será interesante ni hermoso sólo joven.. el culto a la juventud quizás tiene que ver con el deseo de permanecer más tiempo agarrado en este sitio y empezamos a darnos cuenta de que lo vamos dejando irremediablemente.
ResponderEliminarun beso
Mejor es callar y que sospechen de tu poca sabiduría que hablar y eliminar cualquier duda sobre ello. (Abraham Lincoln)
ResponderEliminarQue el sentido del ridículo no se escape por un conjunto de arrugas poblando frentes, sino por un conjuntos de memeces desatando lenguas. Antonio Machado era un personaje sensato, con una mente lógica y brillante, y como tal, las modas, los afeites y las chorradas reparadoras de lo inevitable, posiblemente le traerían al fresco. ¡Dónde esté el pan, queso, vino y mantequilla de Soria!... (Y el jabón Lagarto de toda la vida , claro)
ResponderEliminarCariños,
Nená