"Somos interdependientes. Nacemos dependientes y nos convertimos otra vez en dependientes cuando se acerca la muerte". Filósofa Victoria Camps en una entrevista en Babelia. ¿Solo cuando la muerte enseña su zarpa? "A lo largo de la vida también lo somos en ocasiones", insiste. Estamos ante el desafío de la edad avanzada a la que van llegando los hombres y mujeres en Occidente, en parte por el bienestar saludable y en parte por las asistencias sanitarias. Pero cumplir más años no siempre significa autonomía personal, es decir, valerse por sí mismos. "La vejez es una situación silenciada. No se habla de ella. Tampoco de la muerte, aunque de esta los filósofos se han ocupado algo más. De la vejez, apenas. Tal vez sea porque es un problema actual". ¿Necesitan acaso los filósofos perspectiva para ver y definir las cosas? ¿O tal vez es cuestión de asumirlas? Probablemente ambas cosas. Camps insiste: "Hay leyes sobre la vejez, pero no hay una perspectiva desde la vejez". Ahí da la clave: mientras no se sienta por parte de toda la sociedad la cuestión del envejecimiento como algo que afecta a todos, directa o indirectamente, en tiempo próximo o futuro, no se avanzará lo suficiente en la atención a los ancianos conforme a un principio de justicia que alcance a todos ellos. Una atención que no solo debe ser asistencial sino dar el paso del acompañamiento que rebaje la soledad de los viejos. Victoria Camps habla más largamente del tema. no en vano ha publicado recientemente el libro Tiempo de cuidados. Habrá que echarlo un vistazo.
Seguro que tiene interés, no he leído nada de Victoria Camps pero tengo buenas referencias ... me l'apunto.
ResponderEliminarLo tremendo es que a este tipo de pensadores no les hace caso (casi) nadie. Gracias.
EliminarLa vejez es ese estado al que iremos todos. Y desde luego no solo necesitan los mayores asistencia personal y médica sino también compañía, amistad. Qué difícil reto ya que nadie quiere estar con los mayores. Ni siquiera los hijos o los nietos.
ResponderEliminarTomo nota de la escritora para leerla...
A los ancianos les aqueja la enfermedad por una parte y la soledad por otra. Esa es la cuestión. Y sin embargo ¡todos queremos llegar a viejos!
EliminarDifícil reto, Ana, muy difícil.