17.2.21

Leer al poeta Joan Margarit: su poesía queda

 









¿Qué queda de un hombre cuando muere? No nos engañemos. No queda nada. ¿Cómo que nada?, dirán algunos. Y esto y esto otro y aquello...¿no son el hombre? Y yo me obstino. No, no son el hombre. El hombre que estuvo y creyó que fue, pues todos nos creemos que ser hombres es algo más que ser hombres, pertenece al pasado. Incluso en vida el hombre solo es tránsito. Con todo un conglomerado de activos y pasivos, si se quiere, que lentamente se van diluyendo. Porque la vida es tozuda, es decir, que una vez se inició, por tozudez natural, y poco a poco fue perdiendo vigor y acaso sentido hasta el último estertor. También por empecinamiento. Desesperados amigos me dirán: reduces a la nada al individuo. Y yo: no, qué va, en la nada no hay siquiera individuos. Y al individuo lo valoro mientras transcurre. De algunos de los hombres que vivieron queda humo, de otros recuerdos, de otros palabras, de otros buenas o malas acciones. Eso es lo que queda para los vivos. Pero más allá ¿qué puede quedar de un hombre si ya no es?

Joan Margarit escribió buena poesía, sospecho que no excesivamente conocida. Todavía no he leído la prensa del día para ver -curiosidad que me viene de lejos- qué dicen del poeta muerto. Por mi parte deciros: no paséis esta vida sin haber leído algo a Joan Margarit. Rescato un poema que me gustó mucho en su día, no sé por qué.


Las mil y una noches



Me miras: el presente son tus ojos,
unos instantes que se desvanecen
y no puedo cambiar: Pero también
son un mañana que ya estaba escrito
en el fugaz espejo de la infancia.
Y se convertirán en el ayer,
la suma indiferencia de los años.
Después serán recuerdo, un mundo gris
donde te mire aunque no pueda verte.
Tras el recuerdo habrán de ser olvido:
nadie sabrá por qué estabas mirándome
ni  por qué hay este pozo en tu lugar.
Cada instante una historia diferente
de las mil y una noches en tus ojos.



10 comentarios:

  1. Ese poema, inolvidable, qué carga de profundidad que lleva.

    Por él, siempre vivo en sus poemas. Un abrazo

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  2. Había leído a Margarit. Un poeta con un fondo triste, que me gustó mucho. Tiene poemas muy hermosos, sencillos, íntimos y reveladores, como este que se lee aquí.

    En cuanto a tu texto,creo que de un hombre que ha sido, puede quedar mucho bueno o desgraciadamente malo, perdurando aún, en los que quedan... El que se va, deja de ser hombre, pero, quien sabe algo mas de eso...?

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    1. Pues sí, muy triste, sobre todo el Poemario que escribió dedicado a su hija Joana, que murió con treinta años. También había perdido a una hija recién nacida. Y su mujer murió antes que él.

      O sea, que la vida ya le había vapuleado, y eso pesa para poner a prueba y definir qué es ser un hombre.

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  3. Gran poeta, gran pérdida. Todo son especulaciones. Los hombres dejan hijos y descendencia, obras artísticas, descubrimientos científicos... No sé qué más dejan. Hay gente que no deja nada. Quizás recuerdos en los que le trataron.

    ¿Quién sabe con certeza qué hay tras la muerte? Explicamos la vida tras la muerte con la ciencia y con la religión, pero no dejan de ser dichas teorías hermosas especulaciones.

    Precioso poema el que nos presentas. Es un soneto blanco. Son 14 endecasílabos llenos de belleza y verdad.

    Descanse en paz.

    Un abrazo

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    1. La ciencia no explica nada para ese tras la muerte, en eso es sincera y honrada. La religión no explica nada sobre ese tras la muerte, solo alza un edificio artificial y fantasioso que se queda en este mundo. Sigo pensando que nosotros mismos nos nublamos y no entendemos o no queremos admitir el sentido de la vida que es siempre dual. Las religiones lo saben igual pero sus derivas fantasiosas, aunque las justifiquen, las contradicen.

      Es un poema muy bonito. A veces me pregunto: ¿Hasta qué punto las palabras, incluso con la calidad literaria de un poeta como Margarit, salvan?

      Sobrevivamos, Ana, renunciar a sobrevivir sería infringir el sentido de la vida, o una parte del mismo.

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  4. Una preciosidad de poema.
    Gracias por compartirlo.

    Besotes.

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    1. Sí que lo es. Ya ves, de los autores muertos nos queda siempre algo. Gracias, D.

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  5. me gusta mucho como escribas me enredo en tus letras un abrazo infinito

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    1. Las letras también llevan a laberintos, pero quién sabe, acaso ese es el destino humano.

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