"...Escribo sobre la melancolía para estar ocupado en la manera de evitar la melancolía. No hay mayor causa de melancolía que la ociosidad". ¿Freud, Jung, Reich, Lacan, Foucault, Starobinski...? No, más antiguo. Robert Burton, allá en el primer tercio del siglo XVII, en la introducción a su Anatomía de la melancolía. No es baladí el tema. Dicen que lo afrontó porque él mismo era propenso a situaciones depresivas. "En verdad, ¿quién no está demente, melancólico, loco en este mundo? ¿Quién no es un enfermo mental?" se preguntaba al observar la complejidad y las contradicciones del modo de vivir. De que concedía una importancia decisiva al desbarajuste de las aventuras humanas, prestas siempre a no ser interpretadas, o mejor, asimiladas por los individuos, da buena prueba su obra, donde acaso no resuelve el problema médico, pero que constituye un tesoro de citas y anotaciones de autores clásicos como pocas veces se ha dado. Él mismo remató: "Es que no hay mejor cura que la actividad". La actividad de Robert Burton proporcionó al lector además de una catarata informativa para la reflexión todo un deleite de satisfacción.
Un artículo muy bien desarrollado...me he permitido recomendarlo !
ResponderEliminarSaludos
Mark de Zabaleta
Iba a decir algo; pero no sé qué me pasa de repente; que me siento triste; que llevo mi alma a cuestas y me la están pisando; y no sé qué hacer.. ¡Porque qué es mejor: enfrentarse a los golpes burdos y tuertos del destino, que son "los otros, los demás, que están aquí (hay otros mundos pero están en este)", o erguirse frente a ellos, intentar revelarlos; sobreponerse; ser.. !
ResponderEliminarNo cabe duda de que, como me decían los curas, cambiar de actividad combate el cansancio, de modo que contra la melancolía debe de ser igual. Machado afirmó que, para combatir la soledad, tras la muerte de su joven esposa, se refugió en el trabajo y, sobre todo, en el paseo y la reflexión. No sé si hay una anatomía de la "saudade", porque no me parece un caso endocrino, pero sí hay tratamiento.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por divulgar la obra de estas figuras tan hondas.
Juan M
Ya por aquel entonces sus teorías recogidas en el libro debió ser un revulsivo para la sociedad de la época, o quizá no, quizá le ignoraron como a tantos genios. Que gran verdad que en una mente ociosa hay más cabida para desajustes que en una ocuapada. Me ha gustado mucho tu entrada, saludos!!
ResponderEliminarJo el tinc aquest llibre! M'agradaria de llegir-me'l.
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