Alfredo Sanzol, autor, sobre la creación de la obra teatral: “Es un proceso que se inicia por varios caminos al mismo tiempo. No es lineal ni ordenado, sino asociativo". Probablemente es aplicable este criterio a toda creación y a toda expresión artística. Hay algo de caos en origen, en desarrollo y hasta en destino. Citando al escritor de origen libanés Wajdi Mouawad pone este ejemplo: "Una obra es alguien que un día llega a tu casa, le abres la puerta y entra. Estoy totalmente de acuerdo. No sabes cómo ha llegado, ni por qué ha venido, pero cuando llega comienzas a hablar con ella, te conmueve, te divierte". Nada menos alejado de lo ordinario. La capacidad receptiva manda. Todos somos capaces de invitar y recibir a los visitantes que llegan para que nos aporten algo, sea cuales sean sus figuraciones. Las informaciones pasajeras del mundo, los sentimientos, los sueños, las emociones que nos trasladan pueden instalarse en nosotros o ser efímeras. ¿No es esto lo que nos hace sentir y, por lo tanto, crear? Como dice Sanzol: "A veces también se tienen visitas cortas. Llegan y se van. Eso es que no ha habido conexión. Cuando se queda, comienzan a aparecer los personajes, la atmósfera, los espacios... Me gusta saber para qué actores estoy escribiendo, pero cuando escribo no pienso en ellos. Así evito caer en las ideas preconcebidas”. Con cuántas vestimentas se cubren los estímulos que se nos ofrecen. El teatro tiene una relación especular con la vida. Pero, ¿de qué manera cada rostro se ve reflejado en el bosque de hojas del teatro?
Estoy pensando que Shakespeare escribía teatro; decía; filosofaba con ese medio muy propicio, porque son diálogos o monólogos, impulsa la cortedad a la vez que contundencia del lenguaje. En el teatro se escribe también más como se habla que como se filosofa, salvo el inglés de Stratford que no sucumbió ante lo populista ni lo fácil. Cervantes lo tuvo peor con la pesada y larga prosa; las innecesarias y frecuentes explicaciones de El Quijote que bien remarcó Borges.
ResponderEliminarA veces estaría bien conocer los entresijos de una obra ya sea teatral, poética o narrativa, desde las primeras ideas, hasta hacer la masa, hornear, todo vamos. Pero particularmente siempre hubiera querido saber el origen. Imagino que hay mucho de observación, de cazar al vuelo lo que se ve y oye, y un mundo subrepticio de asociaciones de ideas. Y lógicamente un sistema de prioridades muy personal. Pero todo eso o nos lo cuenta un autor o es imaginación nuestra. Sobre Sanzol he oído que es de lo mejorcito que pulla hoy día en la autoría teatral española.
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