Filósofo Peter Sloterdijk: "Dice Aristóteles que el inicio de la filosofía es el asombro. No es cierto, el inicio son los celos." ¿Quiere decir esto que las pasiones humanas juegan un papel, digamos, promotor en conductas tan íntimas y fundamentales como el pensamiento? Sloterdijk matiza: "En concreto, los celos entre los sofistas y la lucha por los discípulos. Se trataba de ver quién los seducía mejor. Los que pugnaban por hacerse con más discípulos son los que posteriormente fueron llamados sofistas." Vivimos hoy rodeados de sofistas, no tanto de los que piensan, si quedan, como de los que ordenan. Sofistas que nos dictan modas, costumbres, creencias (viejas y nuevas) y nos ordenan comprar, cumplir, ser rentables produciendo y gastadores en el mercado. Con ideas mecánicas y a ser posible olvidando veleidades sobre nuestra capacidad de decisión. Todos se pelean por nosotros, los bastardos del drama shakesperiano El rey Lear, devenidos en sujetos y objetos socializados. Si en la tradición Dios y el Diablo se disputaban el alma del hombre hemos llegado al punto de entender que estos personajes del mito han acontecido en el Gran Mercader Único que intenta arrebatarnos (acaso ya lo ha conseguido) el alma, que es tanto como decir la pasión. Dios y el Diablo hace tiempo que dejaron de competir por el hombre.
Esa última frase merece un libro para ella sola.
ResponderEliminarHomo homini lupus....
ResponderEliminarSaludos
Hay que puntualizar.
ResponderEliminarSobre la última frase puedo añadir lo que Mefistófeles dijo a Fausto : "si lo soy todo , debo de ser también necesariamente estúpido", y quizá por eso me pondría a la cola de que Dios y el Diablo dejaron de competir por el hombre, pero dejaron de competir directamente, que no indirectamente; pusieron medios para hacerlo sin estar Ellos implicados.
Pero el hombre es un animal sin solución y está por si mismo condenado, no merece la pena intentar defenderlo.
Aristóteles, en su Metafísica, hace una primera división, Potencia y Acto.
El hombre es el acto de la potencia niño. Yo creo que no...que el hombre es la impotencia de niño.
Salut
La ciencia demuestra que hasta el pensamiento más elaborado es resultado de mecanismos de gratificación cerebrales. El marketing hace años que practica los estímulos para reinar en esos mecanismos e imponer gustos, emociones, pensamientos y decisiones.
ResponderEliminarEmpíricamente comprueban ambos que Dios y el Diablo están en la química cerebral.
De todo eso resultaron cosas mas mundanas, en vez de una partida entre el diablo y dios ahora nos arrojaron al basural de las marcas, sus promociones y los políticos que son los que compiten en el juego de la seducción. ah, y también las amantes, claro.
ResponderEliminarsaludos.
Muy interesante postulado!
ResponderEliminar=)