¿Alguien ha pensado alguna vez en la inquietud que desata la belleza? Miramos un paisaje extasiados y creemos percibir la más extensa calma. Ante la inmensidad de un templo o frente a una escultura fastuosa nos parece que la obra se nos entrega. Cerramos los ojos para dejarnos tomar por una sinfonía que nos embriaga. Permanecemos atónitos ante la mirada de otra persona que nos atraviesa y de la que no logramos desprendernos durante un instante inacabable. Disfrutamos de una charla en la que nos rendimos porque el otro parece disponer de todas las palabras inventadas por el hombre. Nos conmovemos leyendo un texto con la sensación de descubrir la vida. Pero, ¿no hay una cierta dosis de desasosiego en cada percepción? ¿No nos sentimos incompletos, bien porque nos parece demasiado grande aquello o porque no logramos retenerlo todo el tiempo suficiente que desearíamos?
Wislawa Szymborska sabe reflejar de primera la inquietud que desata en nosotros la belleza, en el poema titulado Recuerdos:
Estábamos charlando
y callamos de repente.
Había aparecido en la terraza una muchacha
¡qué belleza!,
demasiado bella
como para nuestra tranquila estancia allí.
Bárbara miró apresurada a su marido,
Cristina puso la mano instintivamente
sobre la mano de Zbyszek.
Yo pensé: te llamo,
por ahora –te diré– no vengas,
acaban de anunciar varios días de lluvia.
Sólo Agniezska, viuda,
saludó a la bella con una sonrisa.
Grande Wislawa. Un abrazo.
ResponderEliminarQué a propósito has escogido este poema... Szymborska es exquisita en todos sus poemas por su finísima agudeza y su grandísima naturalidad. En éste se ve claro las distintas reacciones ante algo bello, que es lo que citas en el texto, y estoy de acuerdo contigo en que es curiosa la manera de focalizar algo hermoso, aunque pueda parecer extraño, porque la belleza con independencia del YO está ahí y es reconocida, pero no todos estamos preparados o no todos sabemos cómo llevarnos bien o hablarle. Si al menos pudiéramos olvidarnos de nosotros y de nuestra propia circunstancia y disfrutarla, respirarla, no hacer juicios de valor, no pensar de qué siglo, o si hace frío, o cómo en el caso del poema 'puede ser peligrosa', un aire delicioso entraría por nuestros ojos y anidaría en algún lugar de nuestra casa.
ResponderEliminarNená
Os recomiendo que leáis un poema titulado 'Agradecimiento', es un gozo.
ResponderEliminarBesos de Reyes.
Nená
Y yo me he quedado observando y leyendo el poema, de la misma manera que se observan las cosas bellas. Absolutamente maravilloso pero, claro, sobran las palabras. Feliz noche de reyes.
ResponderEliminarLa belleza puede llegar a inquietar, es cierto, por eso, en estos tiempos en que el culto a la belleza es la nueva religión, los que no la alcanzan pueden sentirse tremendamente frustrado pensando en la injusticia del cielo.
ResponderEliminarFeliz noche de reyes, quizá la noche más bella del año.
Un abrazo
Me gusta mucho !
ResponderEliminarTiene algo de amenazante la belleza (a la humana, me refiero): ese aviso implacable de caducidad. Quizá esa bella perfilada en el poema, como la propia poeta, sean solo ceniza. El verso, sin embargo, perdura.
ResponderEliminarSalud-os
Me quedo pensando en esa inquietud de la que hablas. Yo también la había percibido en distintos casos donde nos toca la belleza con su mano profunda. Algunas bellezas, por cierto, matan más que otras.
ResponderEliminarEsta mujer es un portento. Si no le hubieran dado el Nobel ni sabría que existía. ¿Cómo puede ser eso?
ResponderEliminarSaludos.