Scott Fitzgerald en El hundimiento: "Está claro que vivir consiste en hundirse poco a poco." La vida ¿un buque al que nada más partir ya le espera el naufragio? No obstante, nos lanzan, y lo asumimos, a la aventura como si nuestro destino fuese flotar siempre. "Los golpes que uno va encajando de manera más espectacular, los golpes más inesperados y duros que vienen —o parece que vienen— de fuera, esos que no se olvidan, esos a los que se les achaca todo y a los que nos referimos cuando hablamos con los amigos en los momentos de debilidad, esos golpes son los que, al principio, no dejan huella", prosigue Scott Fitzgerald. Quien más o quien menos, ¿no hemos sido azotados por defecciones, olvidos, traiciones, metas no logradas o situaciones de privación que nos parecen el fin del mundo? Y sin embargo, nos sobreponemos y seguimos navegando. ¿Hay algo peor? Probablemente. Habla el escritor: "Pero hay otro tipo de golpes, que vienen de dentro y que acusamos siempre demasiado tarde para poder hacer algo al respecto. Entonces se adueña irremisiblemente de nosotros la revelación de que nunca más seremos quienes éramos."A buen entendedor...parece decirnos. La marca del tiempo, el deterioro imparable, las alteraciones que nos muestran los límites, la revelación de que no vamos a ser eternos. Ahí nos duele a cada cual lo que nos duele. Dejémoslo en abstracto.
demasiado bueno, Fitzgerald
ResponderEliminarvale¡
ResponderEliminarBesos.
Grande, Fitzgerald! Tantas veces reconocí mis emociones en sus palabras...
ResponderEliminarUn saludo. Feliz año.
La frase que introduces de Fitzgerald al principio de 'El hundimiento', es comprensible por la época que vivió y por su propia vida. Personalmente, y que me disculpe el maestro, para mí la vida no consiste en hundirse poco a poco, es cuestión de planteamientos.
ResponderEliminarVisto así no tendría mucho sentido vivir, pensando en el final desde el principio. Yo creo que la vida consiste en el crecimiento.
Nos vamos llenando de experiencias nuevas, crecemos por dentro, hasta de aquellas que nos han dado mal, de esos golpes de los que nos habla Fitzgerald. Sí creo, que algunas cosas que no advertimos, poco a poco, nos van dejando una marca indeleble, una mueca de cansancio, melancolía o lo que sea que va modificando nuestra 'casa', para instalarse definitivamente....
Abrazos a paladas,
Nená
Seguimos aprendiendo con Scott Fitzgerald y me temo que seguiremos siempre aprendiendo de él cosas nuevas. Releo una y otra vez "El gran Gatsby" y siempre descubro algo nuevo. Y me sigue sorprendiendo algo distinto siempre que releo "Cuentos de la edad del Jazz"
ResponderEliminarEncantado de encontrar tu blog. Saludos!
Lo has sabido expresar perfectamente...es el deterioro implacable !
ResponderEliminarSaludos